«La poesía es uno de los muchos refugios, uno de los muchos espacios de libertad que todavía nos quedan.»
Son palabras que pronuncia uno de los asistentes a la presentación del poemario Tierra, de Marian Giménez.
He disfrutado de Tierra como debe leerse la poesía, en eso estábamos todos de acuerdo: abriendo el libro un poco por donde caiga, leer un poema, despacio, pensando en las palabras, dejándose acariciar por el ritmo, fundiéndose con el todo...; luego, si acaso, leer uno más, y como mucho otro, y cerrar el libro hasta el día siguiente.
Quizá, por la propia estructura física del libro, leamos más de una vez, más de un día, el mismo poema, quizá pasemos una y otra vez por el Skyline de Tetuán:
Conozco a gigantes que no les importa mecerse
con el viento.
Se desprenden de sus frutos maduros, alimentan
y siembran de nuevo.
Acogen a la gente.
En la página anterior, Marisa. Marisa abraza el tronco de una morera, la morera de Tetuán, en un juego de luces y sombras. Las luces iluminan una calle con coches todavía con vida, las sombras, las sombras...
Cuando mira el sol ponerse desde el Canal
o desde su casa expropiada
convierte los últimos rayos de luz
en los primeros del día siguiente.
Tierra es un canto a la esperanza desde la lucha. La lucha que nace de la tierra, porque tierra somos y antes de volver a ella, tenemos que dejar un mundo lo suficientemente habitable para los que vienen detrás. Una lucha que pasa por la austeridad consciente de que no podemos consumir ni un átomo más de lo necesario, que no somos sus dueños, que somos una más de sus criaturas.
En algún lugar, existe el silencio sin velocidad.
Marian nos revela su comunión con la naturaleza en los Montes de Toledo, de donde es originaria, nos hace partícipes de esa esperanza del agua que brota en lo alto y se despeña por espacios no hollados por pie humano:
Las ondinas y señoras de las aguas cuidan con esmero
las aguas profunda de tu misterio.
Las mujeres, los cantos a las mujeres, que conforman la tercera parte del libro. Las mujeres fecundas, que salen de la tierra para «parir alegría», para llegar a la solidaridad de que formamos parte de ese todo y ese universo, que el futuro es nuestro, que está en nuestras manos:
Querida hermana, quisiera contarte que tus flores están con nosotros.
Los poemas entran por todos los sentidos, por todos los poros de nuestra piel, y nuestras pupilas buscan en esas fotografías, que tan sabiamente acompañan a las palabras, el complemento de todo ese infinito mensaje.
Inmejorable simbiosis para un libro de poemas.
Enero de 2023
Autor: Marian Giménez
Título: Tierra
Edita: Los Cordeles de la Dehesa, 2022
3 comentarios:
Hay poetas terrenales como hay poetas que quisieran levitar y ascender. Prefiero a los primeros. Felicito a la poeta. Tiene buena pinta, como se suele decir.
Apuntado.
Tengo el libro aquí, cerca del ordenador y lo voy leyendo cómo tú comentas, a sorbitos que es
como mejor se lee. Me gusta y también las fotos que le acompañan en cada poema.
Gracias por el regalo.
Besos
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