martes, 4 de diciembre de 2012

Número 26: La hebra de Marimoco

La fotografía que ilustra esta entrada fue tomada por mi amigo Federico Romero, y subida a Facebook, en mayo del 2010; formaba parte del album Por escrito [enlace a Facebook], en el que con perspicacia y un sexto sentido para captar ciertas cosas, iba coleccionado escritos curiosos que iba encontrado en sus paseos por esas calles. Algunos hemos tratado de imitarle después, hemos hecho algún pinito que otro, pero sin duda no hemos alcanzado la categoría del maestro.

Hoy toca hablar de La hebra de Marimoco, que como vemos por la foto da nombre a una serie de tiendas de complementos en fieltro, pero ¿qué sabemos en verdad de Marimoco?

Rótulo de una tienda de la franquicia


No existió una Marimoco determinada, o puede que existieran muchas Marimoco, pero ahora mismo poco importa. El nombre está formado, como otros tantos en español que hacen referencia a una determinada característica, por la suma de una genérico apocopado, María, Mari, unido a un nombre común que soporta el significado que se quiere transmitir al nombre. En este caso, el que la segunda parte haga referencia al moco, o si se quiere a los mocos, tampoco importa al caso, pues aquí la rima es la que impone su dictado: La hebra de Marimoco, que cosió siete camisas y le sobró un poco. 

No obstante, llamar a alguien Marimoco, lleva su carga despectiva que hace referencia a lo poco valioso de la persona que lo lleva. Moco lindo, es calificativo que suele aplicárseles a algunos niños, o mejor niñas, haciendo referencia a su insignificancia dentro de su guapura, más que al hecho de llevar los mocos colgando, aunque en esa locución adjetiva se unan todos los significados.

Por su parte, Iribarren recoge en su Vocabulario navarro tres apelativos para calificar a las mujeres compuestos en base a Mari, entre ellos marimoco, que conviene recordar aquí:
Marimandona: Mandorrotona, mandona. (De uso casi general).
Marimoco: despectivo. Mujer llorona y pedigüeña. [Montaña.]
Marimoño: despectivo que aplican a la mujer que se peina de manera exagerada, ridícula o en forma no correspondiente a su clase. [Montaña.] Mujer infatuada, vanidosa. [Id.]
Más adelante, Iribarren recoge también el refrán que nos ocupa, sin que haga alusión al apelativo recogido en la montaña navarra, pero sí añadiendo una sucinta información:

La hebra de Mari-moco, que cosió siete camisas y aún le sobró un poco. (Se les dice a las mujeres que para coser una pequeñez enhebran un hilo muy largo).

Refrán, por tanto, que aun dentro de la exageración se aplica con sentido bastante general, y si bien es posible también un sentido metafórico, su uso en este aspecto es más raro.

No siempre tuvo el refrán esta forma y son distintas las variantes que en la actualidad podemos encontrarnos en lo que toca a su segunda parte.

Así el maestro Correas nos habla de La hebra de Maricaca, que cosía siete capillos y una capa, donde vuelve a mandar la rima.

También Sbarbi y Rodríguez Marín La hebra de Marimoco, que cosió un camisón y le sobró un poco. o una variante murciana que reduce el número de camisas: La hebra de Marimoco, que cosió dos camisas y aún le sobró un poco.

El refrán cruzó el Atlántico en forma de comparación y así por la Argentina afirman: Largo como la hebra de Marimoco, que cosió una camisa, un calzoncillo y le sobró un poco. 


Bibliografía

  • CORREAS, Gonzalo (1627 =  2000): Vocabulario de refranes y frases proverbiales. Ed. de Louis Combet revisada por Robert James y Maïté Mir-Andreu. Madrid: Castalia.
  • IRIBARREN, José María (1952): Vocabulario navarro seguido de una colección de refranes, adagios, dichos y frases proverbiales. Pamplona: Editorial Gómez.


A Federico Romero Portilla
(1951-2012)