el frío era un mito la nocheun defecto del ojo el pájaro
La solapa del libro nos introduce en el currículum de Helena, varias carreras y un máster en escritura creativa, que, mire usted, ella se va a hacer nada menos que a Iowa, como si por aquí no se pudieran estudiar esas cosas.
no quedaba otra emigraciónque el exilio hacia adentro
Ella sin duda tendrá sus motivos, que intuyo van más allá de los que mueven a los jóvenes de la Marea Granate a coger las maletas en busca de un trabajo digno.
despedazarse es un arte que
requiere disciplina
Sean cualesquiera que sean esos motivos, los lectores de poesía hemos ganado, cuanto menos, un texto interesante.
Se me hace difícil poner etiquetas y más en este caso. ¿Poesía existencial?, ¿vivencial?, ¿vanguardista?, ¿poesía que rompe moldes?, ¿inesperada?...
la estrella polar es una espiga
sigue el camino de baldosas amarillas
Desde luego si un adjetivo no puede adjudicársele es el de fácil.
terroris
mo
fonéti
co
Más que esfuerzo requiere voluntad para volver sobre las líneas e ir captando, poco a poco, lo que esas líneas nos están transmitiendo, pero la voluntad es cada vez menor, porque al final vuelves con gusto. A fin de cuentas, esa es la función de la poesía, engancharte, ir directa a los sentimientos sin plantearte mucho la sinrazón de aquello que lees.
este cuerpo {que
parecía} tan
frágilPasando sus páginas, volviendo una y otra vez sobre esos versos intencionadamente colocados en ellas en perfecto desorden, por momentos uno siente de estar ante poemas hechos con palabras, semifrases, escogidas al azar de un repositorio igualmente aleatorio. Ahí está su mérito, el orden del desorden, que nos lleva a entender por qué ese frío, a pesar de la globalización, nos resulta extraño.
las tierras cálidas eran
una falacia.
Helena MARIÑO: ese frío no es nuestro. entropía ediciones, 2019
2 comentarios:
El frío de Iowa es de maíz y Dorothy no encuentra las baldosas amarillas porque Judy ya las pisó en Kansas.
Es un frío extranjero,los españolitos granates se agencian, con urgencia, anoraks más gruesos, no sirven los de El Corte Inglés. El Corte Iowés, el grande de los grandes almacenes.
Una poeta filóloga griega, qué preparada esta generación y qué viajera.
Un placer conocer a la Mariño, de tu mano, Carmen.
Besos
El lector de poesía se pone a la búsqueda de sentimientos y belleza, cree haberlos encontrado, no siempre está seguro...
Entro de nuevo aquí para corregir un error. Helena Mariño no es filóloga griega sino licenciada en Derecho y Políticas y Máster en Escritura creativa. Marea granate.
Lo dicho, un placer.
Publicar un comentario