martes, 9 de mayo de 2017

Número 158. Brillante. Interior

Relucen
conmutadores de lacre
contra el flashback,
de lo que todavía desconozco.
Versos repescados del primer poema que abre la segunda parte de Brillante.

Una amiga, seguidora y muy very fan de este cuaderno de bitácora, me dice que rara vez hablo de música, y yo le recuerdo mi eterna disculpa: tengo una oreja enfrente de la otra, lo cual no quita para que dentro de mí resuenen algunos sonidos; y por alguna asociación de esas extrañas que produce la poesía, este librito me trae a la memoria esa canción de Sabina que se ha convertido casi en himno de muchas cuadrillas que hace tiempo que peinamos canas. 





Elijo esta versión, cantada a dúo hombre-mujer, porque durante mucho tiempo nos alegró los bytes cotidianos, y de vez en cuando está bien acordarse de los compas, de Juan y Ninos, porque éramos compañeros y sin embargo, amigos. 

Añado también, para lo de la cultura, que a otro lector de Brillante, le trae también a la mente esta canción, aunque en la versión de Los Secretos, versión que no conocía y que agradezco. Bueno, ya solo nos queda que el señor Lobato nos confiese que efectivamente, que además de todas esos precedentes literarios con los que explícitamente nos regala, se inspiró también en las desgarradas canciones del aspirante a Nobel español, y digo esto porque ayer volví a oír esa alusión a cuenta del Nobel de Dylan, en claro menosprecio no solo al autor americano sino también a todos los letristas y cantautores que en el mundo son. 

¡Va por ellos! ¡Va por todos los poetas en la sombra!

Bien, la poesía toca fibras, ya lo he dicho, y algunas tocan resortes según voy avanzando en el encuentro amoroso, antes de llegar al desamor, del poeta con su amada, palabras que recuerdan el futuro: «te besé mañana»...

Lamentablemente el mañana es bien distinto, porque en algún lugar lo has dejado claro:
Perdóname:
quiero ocuparme de tu vida.
Pues me vas a perdonar tú, pero de mi vida no tienes por qué ocuparte, no soy tuya. 

Me vuelvo con mis hermanas a la Puerta del Sol, a gritar a la luz de una vela, no de desamor, sino de  impotencia, porque son muchas las caídas en este año, cuenta tramposa que pone el marcador a cero cada 1 de enero:
Esta cifra,
desconecta el prototipo de otra fase,
tu azar exacto,
la desconfianza.
Releo tus versos en mal momento, será el azar, quédate con ellos, esos que como Sabina comenzaste a escribir... Mi cuerpo guarda buen recuerdo de esas heridas a las que aludes, no son metáforas: 
Porque
ya no quedan hendiduras
donde escribir
deseo volver
a tu perfume. 
Indico una pesadilla
conectada a su vestido rojo
...
Sí, los zapatos rojos de mis hermanas, mudos testigos de tus maltratos: 
Asumo
que vive dispuesta para llorar.
¡Basta ya! 

Imagen nocturna en tonos amarillentos en las que unos focos iluminan los testimonios en el suelo de las mujeres asesinadas
Imagen tomada de Las de Sol 

Perdóname, fui a releer tus versos seguramente en muy mal momento. 


Comentario para el club de lectura La Acequia.

5 comentarios:

Ele Bergón dijo...

Pues para leer los versos de Lobato en un mal momento, estas entradas que haces, me gustan mucho y eso que parece que las escribes sin mucho entusiasmo. Pero sí que es cierto que los versos de "Brillante" incitan a escribir.

Estoy contigo, yo tampoco soy de nadie y no quiero que nadie sea mío. Cada uno pertenece a su propia libertad y la frase no es mía.

Otra mujer agredida y muerta más y otra y otra....Un día tengo que acercarme contigo a la Puerta del Sol. Está claro que hay que seguir insistiendo.Si haciéndolo se consigue muy poquito, imagínate si no hacemos nada. Gracias a todas vosotras.
Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Le comentaré a Luis Ángel lo de Sabina, pero a mí me da que no...
En cuanto a lo otro: cada poema se recrea en el momento de la recepción y este suele estar contaminado de circunstancias presentes. Te comprendo, pero tendrás que releer los versos en otro momento para sacar otras melodías...

Abejita de la Vega dijo...

Todos los momentos son buenos. O lo han de ser.

La versión de Los Secretos es opuesta a la de Sabina. Es la voz de un perdedor, más en sintonía con Luis Ángel. Sabina es chulesco, la una y las dos y las tres, "me la tiré" hablando en plata.

Choco contra un muro. ¿Qué pasa con lo del emisor, el receptor y el mensaje? Eso tan simple que se explica a los de la ESO. Si el emisor no se preocupa de que el receptor reciba el mensaje y lo reciba bien...¿dónde está la comunicación? ¿O la poesía es falta de comunicación? ¿O sólo está reservada a los iniciados en la oscuridad? ¡Viva la luz!

Soy humanísima.

Besos, Carmen.

Paco Cuesta dijo...

Ya lo dije: Para la poesía en general necesito ayuda. Sigo "Brillante" con vuestras publicaciones y comentarios.

La seña Carmen dijo...

Brillante me ha parecido un libro difícil, porque es un libro críptico, y en la relectura no me ha producido demasiado entusiasmo.

En mi paso por la facultad me dieron cursos más que intensivos para interpretar a los clásicos, para aprender a contar sílabas, para distinguir un encabalgamiento de una metáfora, por decir una tontería... En fin, me enseñaron la teoría, pero si aquello me sirvió para aprobar comentando a Garcilaso, desde luego no me ha servido para disfrutar la poesía, que la disfruto y mucho. Para disfrutar y entender la poesía no valen análisis de ningún tipo, porque te llega o no te llega, pero no hay otra, lo demás son meros trucos para pasar exámenes.