La festividad de San Juan Bautista, que se celebra el 24 de junio, coincidente aproximadamente con el solsticio de verano, y está a seis meses justos de la Navidad y del solsticio de invierno; por ello el refrán dice Cristo crece y San Juan mengua. Con frecuencia al mes de junio, sobre todo en paremiolgía, se le denomina el mes de San Juan, y en todo caso, alrededor del día de San Juan se concentran un conjunto de paremias interesantes, que abarcan tanto aspectos de la temperie como de las prácticas agrícolas.
San Juan Bautista (Murillo) |
Hasta que no pasen los galileos, no te quites los apeos
Este refrán recogido en Adrada de Haza muestra dos características interesantes en su formación, la redacción original, no coincidente con ninguna otra de las recogidas en los refraneros, y la utilización de la palabra apeo, un localismo igualmente de difícil documentación, amén de la interpretación de él que hacen los adradeños.La primera vez que oí hablar de esta paremia, aunque como mera alusión, fue en Adrada hace bastantes años un día de junio en el que se había levantado un viento frío y desagradable que nos obligaba a cruzar las rebecas y a arrebujarnos en ellas. Alguien mencionó que todavía no habían llegado los galileos sin que ninguno de los presentes supiera entonces completar el refrán.
Ahora vuelve a mí, como comentario a la entrada anterior, de boca de otra adradeña, Guadalupe, que me informa de que su madre lo decía, que los galileos son san Juan Bautista y san Pedro, cuyas festividades se celebran, como sabemos, a finales de junio. Su significado es que no es conveniente quitarse la ropa de abrigo, representada por apeos, hasta que no pasen estas festividades, es decir, hasta ya entrado el mes de julio. El refrán es reconocido por otros adradeños a los que hemos consultado.
La palabra apeo no aparece registrada en ninguno de los diccionarios de localismos, sin embargo, tenía un cierto uso en la zona en expresiones como «coged los apeos, que es hora de irse a casa», cuando ha terminado la jornada en el campo, o «¡cuántos apeos llevas encima!», al ver a alguien, especialmente a las mujeres, mantón sobre mantón, muy abrigados.
El refrán es conocido desde el siglo XVI, cuando lo registró Hernán Núñez (1555), No dejes los pellejos, hasta que vengan los Galileos; y ha ido pasando por distintas recopilaciones con algunas variantes en su formulación. Correas (363 y 562), a principios del XVII, registra tres variantes: Hasta los Galleos, no quites tus aforreos (p. 383), No dejes los pellejos hasta que vengan los Galieos y No dejes tus aforreos, hasta que pasen los Galileos.
Para Hernán Núñez los Galileos hace referencia al Día de la Ascensión, porque en el introito de la misa se recoge el pasaje de los Hechos de los apóstoles, en el que un ángel se dirige a los boquiabiertos apóstoles como varones galileos. El resto de autores, incluido Correas, ha asumido esta explicación, que no deja de ser discutible; solo Cejador y Frauca (p, 13), ya en el siglo XX y recogiendo la tercera variante de Correas bajo la voz aforreos aclara: «no dejes el abrigo hasta pasada Semana Santa», aunque no dice en qué basa la afirmación.
Como decía, el refrán ha sido registrado en distintas compilaciones, pero no hay constancia de su uso que haya pasado a los documentos escritos, por lo que no sabemos si la transmisión oral fue alta o moderada a lo largo de la historia, ni tampoco cómo ha llegado vivo al siglo XXI en un pequeño rincón de la Ribera, con claras características locales en cuanto a su formulación, y sobre todo con un traslado de fechas hacia el final de junio, sin duda propiciada por las características climáticas de la zona.
Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, y hasta San Juan no te quites el gabán
Abunda en el anterior y se complementa con él. Recogido en Quintana del Pidio se adecua bien a los fríos no tan raros del mes de junio en esta zona.Podríamos citar otros refranes que aconsejan no desabrigarse hasta que no pase San Juan, pero preferimos dejar la línea de comentarios abierta, por si los lectores quieren aportar alguno como vienen haciendo.
Agua por San Juan quita vino y no da pan
Sin duda la más famosa de todas las paremias relacionadas con esta festividad, y que comparten casi todas las lenguas romances. En muchos lugares, a estos dos cultivos tradicionales se le añade también el aceite, pero en la Ribera, al no contar con este producto es raro que aparezca.A estas alturas del calendario, el agua ha tenido que caer antes, pues por lo ya explicado el agua, aunque sea limpia, suele dañar el fruto inminente en la viña. Se volverá a necesitar en agosto, para que el fruto engorde y termine de madurar. En cuanto al cereal, al estar ya granado lo que necesita es sol para que termine de madurar y no agua. En definitiva, como dicen algunas voces de la tierra «un refrán muy certero».
La posibilidad de heladas tardías no se descarta en la Ribera, como lo muestra esta variante incrementada, recogida en Gumiel de Izán, Agua por San Juan quita vino y no da pan, y si hiela todo se lo lleva.
Si quieres coger pan, ara por San Juan
Una serie de refranes, en su mayoría recogidos en Quintana del Pidio, aconsejan arar por San Juan, porque mulle la tierra y la prepara para futuras acciones, sobre todo las de los años venideros: Alza en marzo, bina en mayo y tercia en San Juan, y cogerás pan. Si se tienen dudas de cuándo ha de cogerse este pan, Alzar en marzo y binar en San Juan, buen barbecho, pero poco pan.Alzar hace referencia a la primera arada tras estar el terreno perdido, sin cultivar, o en rastrojo; binar a la segunda, y terciar a la tercera.
Sin embargo, los consejos no son siempre seguidos al pie de la letra, y por ello es bien conocido el refrán, que aparece recogido en muchos refraneros, de La reja por San Juan, todos la saben y pocos la dan.
En febrero siembra el yero, en marzo el garbanzo, en abril el maíz, en mayo esperallo; y cuando llegue San Juan, los dineros te darán
Uno de esos refranes en los que el mes de junio es denominado como el mes de San Juan o simplemente San Juan. Hemos llegado al mes en el que el agricultor empieza a recoger los frutos más tempranos de su esfuerzo.Bastante popular en tierras andaluzas, donde lo recogió Fernán Caballero, a nosotros llegó a través de los alumnos del CRA Valle del Riaza, aunque con alguna errata y en versión algo más corta, pues se salta el mes de mayo.
Las versiones castellanas que encontramos son mucho más cortas y se quedan normalmente en la primera parte, aconsejando en febrero sembrar los yeros.
Como sabemos, los yeros son una leguminosa que se cultiva, principalmente, como alimento del ganado.
En San Juan, las cigüeñas a volar
¿Y qué pasa con los pájaros?Una paremia popular en el oeste peninsular, con presencia en otras lenguas y dialectos, nos recuerda los pasos que dan las aves hasta remontar el vuelo: Marzo nidarzo, abril hueveril, mayo pajarero, para San Juan volanderos.
Este ciclo de las aves, condensando en tan pocas palabras, alguna inventada para la rima, es sin duda todo un acierto poético dentro de la poesía popular. No nos extraña que una alumna del colegio Maximino San Miguel de la Cámara supiera representarlo tan bien sobre el papel.
Ilustración del refrán por una alumna del C. P. Maximino San Miguel |
Con frecuencia las aves son representadas por las cigüeñas, como ocurre en el refrán de cabecera, o como en estas otras variantes: Por San Juan, las cigüeñas a volar, o Para San Juan, las cigüeñas nuevas salen a volar.
Mañanita de San Juan cuando la zorra madruga, el que con vino se acuesta con agua se desayuna
Estamos ante una copla arrefranada que da una advertencia general frente a los excesos de la noche de San Juan. La copla está muy extendida por toda España, teniendo en Burgos un gran arraigo.Tradicionalmente el amanecer del Día de San Juan con ese enigmático pero universal «cuando la zorra madruga», era el momento adecuado para recoger las hierbas mágicas, bañarse con el rocío, que normalmente allegaban bienes, especialmente en el área de la salud, para el resto del año.
Carmen Cuesta de Quintana del Pidio decía sobre esta costumbre (Rubio et alii, 2007: 183-184):
También se cogía por la mañana el rocío, y te lo dabas en la cara, y se te ponía el cutis que ni la Venus de Milo. Venga a untar.
Había unas hierbas que son cardas, y tenían casi medio pocillo. Y cogíamos el agua allí.
El real ganado en San Juan es real y medio en Navidad
Otra paremia muy relacionada con las costumbres de antes, pues por estas fechas se ajustaban amos y criados por todo un año, de ahí que el jornal estuviera asegurado.Ya fue recogida por Hernán Núñez y luego por el maestro Correas. Debía ser bastante clara cuando ni uno ni otro añadieron explicación.
Hasta San Juan todo vino es rabadán
Hasta esta fecha todo vino es bueno, quizá por escaso, o puede que se refiera a que todavía no está lo suficientemente afinado, y por lo tanto resulta algo duro al paladar.Aunque fue un refrán recogido ya por Hernán Núñez estamos como en el caso anterior en el que nos falta una explicación convincente. Tampoco disponemos de contextos que nos ayuden a ver en qué sentido lo utilizan los hablantes.
Cantera y Sevilla (2001: 134) explican así la voz rabadán y su uso en las paremias:
rabadán: voz española de origen árabe que en esa lengua tenía el significado de 'rey de los carneros'. En el español actual se dice de un pastor de cierta categoría. En algunos refranes está muy probablemente empleada para significar un vino de buena calidad.
Por San Juan la sardina moja el pan
Finalizamos con este refrán que sin ser propiamente de la Ribera, sí que es bien conocido en ella, ya que por estas fechas llegan de los puertos del Cantábrico las cajas de sardinas dispuestas para hacer sobre sarmientos a la parrilla, y sustituir junto a otros pescados grasos a las chuletillas en las meriendas veraniegas.En este tiempo es cuando la sardina están en sazón y tiene los niveles de grasa óptimos para potenciar el sabor de su carne.
La tradición de comer sardinas en Galicia la noche de San Juan está tan arraigada, que los años que hay escasez el precio sube escandalosamente y hay quien llega a decir: Por San Juan la sardina moja el pan, pero seca la cartera.
Bibliografía
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- Cantera Ortiz de Urbina, Jesús y Sevilla Muñoz, Julia (2001): El calendario en el refranero español. Madrid: Guillermo Blázquez, Editor.
- Cejador y Frauca, Julio (1928): Refranero castellano. Madrid: Librería y Casa Editorial Hernado. Reimpreso en facsímil por Analecta ediciones.
- Correas Martínez, Miguel y Gargallo Gil, José Enrique (2003): Calendario romance de refranes. Barcelona: Edicions de la Universitat de Barcelona.
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- Hurtado González, Luisa (2018): La meteorología en los refranes. Madrid:
- Junceda, Luis (1995) Diccionario de Refranes. Gonzalo Torrente Ballester (prol.). Madrid: Espasa Calpe.
- Martínez Kleiser, Luis (1945): El tiempo y los espacios de tiempo y los refranes. Madrid: Librería General de Victoriano Suarez..
- Núñez, Hernán (1555 = 2001): Refranes y proverbios en romance. Edición crítica de Louis Combet, Julia Sevilla, Germán Conde y Josep Guia. Madrid: Guillermo Blázquez, Editor; 2 vols.
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- — (2012): Paremias y otros materiales de tradición oral en la Ribera del Duero. Estudio etnolingüístico y literario. Tesis doctoral dirigida por
María Josefa Postigo Aldeamil. [En línea]: https://infoling.org/elies/?t=ir&t=ir&info=Tesis&id=106&r=360Raquel, [consulta: 3-5-2020].
3 comentarios:
De hecho, se nos ha revuelto el tiempo como bien advierten los refranes.
No abandonamos los apeos por aquí hasta que no pasan y bien pasados los galileos. En San Pedro, en Burgos, lo más normal es pasar frío si no se va provisto de los modernos apeos: el plumas en diferentes versiones, el pantalón largo y algún jersey camuflado. Nada de rebequita, eso para bien avanzado julio o agosto,también la sufrida cazadora. Cerca del cuarenta de mayo, ayer, volví a casa a las once, fuera de mi costumbre, sin que me estorbaran los apeos invernales, auténticos armazones que bien sujetan nuestros cuerpos serranos. Tal vez lo de apeos vaya por ahí.
El vocabulario campesino de la ribera que nos muestras es una joya que no debería perderse. Todavía tenemos buenos rescatadores, como tú. Personas ajenas al trabajo del campo, como yo, dando vueltas a los apeos y al paso de los galileos, tecleando en el móvil desde la cama. En la oescadería tendrán sardinas, no, es demasiado pronto. Me pongo a pensar en la cultura bíblica que tenían aquellos campesinos sin letras, nada menos que los galileos...
Gracias, Carmen, por tu trabajo y besos.
"En Hontangas y Adrada a los de Torregalindo nos llamaban " galileos" y no sabía por qué... Ahora lo he relacionado con que nuestro patrón es San Juan Bautista... porque es mejor no pensar que llevamos el frío
Muchas gracias..."
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