domingo, 31 de enero de 2016

Número 104. El alcalde de Zalamea: Dar el pie y tomar la mano

Si a nuestra Arañita el inicio de la lectura de El alcalde de Zalamea le trajo ciertos recuerdos, a mí no me trajo menos, pues la edición que conservo es la de Castalia a cargo de Díez Borque, y con Díez Borque me enfrenté yo con el teatro clásico en la Universidad. No le caía muy bien, todo hay que decirlo, a aquel profesor que desde lo alto de la tarima apuntaba con un dedo amenazante a la alumna de la segunda fila: «Señorita, no me gusta usted».

Y por esa o por seguramente alguna razón más me mandó a septiembre para mi bien, pues así pude sin excusa abundar más en el teatro clásico aquel año. Hoy sonrío al verlo en Zalamea, pues sigue conservando aquel resabio de cascarrabias prematuro (a partir del min. 2):


 
Como no podía ser menos, tantos años después dada yo a los refranes, me llama la atención las notas que el experto en teatro clásico hace al respecto en esa edición anotada, y por qué no leer El alcalde de Zalamea en clave de los refranes de la época. 

En El alcalde de Zalamea los refranes están también presentes, y digo 
«también» porque es difícil encontrar una obra de los Siglos de Oro que no los contenga. Ahora bien, los refranes en esta comedia no se ven a simple vista, no sirven para caracterizar a un personaje, no sirven para autorizar una opinión o una acción, pero están y sin duda, dada su popularidad, serían fácilmente reconocibles por los espectadores de los corrales de comedias. 

Al villano dadle el pie y se tomará la mano 

Es el primero sobre el que se fija Díez Borque, y no es cuestión baladí, pues sobre un villano es el protagonista de la obra, y un noble, el capitán, al que le dan el pie y se toma la mano.

Los villanos eran gente de poco fiar, el capitán comparte ese prejuicio cuando su sargento le habla de la hermosura de una villana, la labradora Isabel: 
                                    Pues
por muy hermosa y muy vana,

¿será más que una villana
con malas manos y pies?
Veremos más adelante que no era una opinión aislada, sino compartida, y anota Díez Borque apoyándose en el Diccionario de autoridades:
Quizás tiene también en cuenta el autor el popular refrán «Al villano dadle el pie y tomarse ha la mano», interpretado así por el DA: «Refrán que aconseja no tener familiaridades con gente ruin y villana porque de tenerlas resulta que tengan atrevimientos y llanezas indecentes» (p. 133)
Más allá de la antítesis manos-pies, señalada en el mismo comentario, el lector actual podría pensar que hay que tomar mucho el rábano por las hojas para ver en ella una alusión al refrán por muy popular que este fuera. ¿Realmente lo era? Sí, dicho refrán había sido recogido ya en la mayor parte de los refraneros de la época: 
  • Al villano dadle el pie / y demandar os ha la mano (Pedro Vallés, 1549)
  • Al villano dadle el pie, tomará la mano (Hernán Núñez, 1555)
  • Al villano dadle el pie, y tomará la mano (Mal Lara, 1568)
  • Al villano, danle el pie i toma la mano (Gonzalo Correas, 1627)
  • Al villano, dadle el pie i tomaros á la mano (Gonzalo Correas, 1627)
  • Al villano darle el pie, y se tomará la mano (Diccionario de autoridades, 1739) 
Además son numerosos los ejemplos que encontramos en la literatura, tanto culta como más popular. El refrán era tan conocido que los autores no dudaban en adaptarlo a su estilo, así que bien pudo Calderón aludir a él en esos versos, como un modo de anticipación de lo que después iba a suceder. Veamos algunos ejemplos extraídos del CORDE, señalando en cursiva el uso del refrán.

El primer ejemplo nos aparece temprano, antes de la publicación de los refraneros a los que hacía alusión en el apartado anterior, el marcador refrán con el que se nos presenta no deja lugar a dudas:  
Es vn acertar que yerra
vn doliente que esta sano
natural que se destierra
de su misma casa y tierra,
por antojo muy liuiano
Vn quando estays muy vfano
sueño que dizen del perro
vn refran dicho al villano
days el pie toma la mano

pues no es este menor yerro (Alonso de Armenta: Respuesta a qué cosa es amor, 1528).
Un siglo después otro ejemplo de un autor tan culto como Valdivielso, utilizado en una comedia a lo divino: 
Claudio: Que, ¿que te di pie?
Mas eres como villano.
Laurencio: Bien saues que no lo fuy.
Claudio: ¿Cómo, si yo el pie te di
y allá te tomas la mano? (José de Valdivielso: Del Ángel de la Guarda. Comedia Divina, 1622).
La lírica más popular nos deja también interesantes ejemplos en los que ya se usa el refrán en el terreno amoroso y erótico. Empezamos con un ejemplo anónimo: 
Pues, ¿de qué se entona? No sea villano, 
pues el pie no le dan y toma la mano (Parnaso español II [poesía erótica], 1600-1630).
O este otro de carácter festivo acerca de los casamientos inconvenientes:
Con el viexo te casaste:
a la puerta no saldrás,
para siempre morirás.
Danle el pie al mal villano
danle el pie y toma la mano.
No entréys en huerto ageno,
que os dirá mal su dueño (Fernando Díaz de Montoya: Versos de la ensalada Muy buenas nuevas, 1603)
Más donaires dentro de la poesía culta:
Esto basta por agora,
que no quiero que me digas
que hago como el villano,
que dan pie, y a mano aspira (Alonso de Castillo Solórzano: Donaires del Parnaso, 1625)
Finalmente un ejemplo en el que basándose en la lírica popular se pretende crear un ritmo apropiado para la guitarra: 
Al villano ¿qué le dan?
—La çebolla con el pan.
Al villano, si es villano,
danle el pie, toma la mano;
vive contento y hufano
quando a visitarle ban.

—Al villano ¿qué le dan?
—La çebolla con el pan. (Luis de Briceño: Poesías de Método muy facilísimo para aprender a tañer la guitarra, 1626)
Es preciso señalar que el villano, en principio 'habitante del estado llano de villa o aldea' adquiere pronto su otro significado de 'persona ruin'. El refranero no es en absoluto benevolente con esta clase social. Como en otros casos cabe poner en duda la autoría del refrán atribuida al pueblo llano y no a ciertas clases más privilegiadas que intentaban a través de esa «sabiduría popular» mantener sus privilegios y la diferencia de clase. Veamos algunas muestras de esos refranes relativos a los villanos, tomados de Campos y Barella (1993):
  • Al villano, con la vara de avellano
  • Con villano de behetría, no te tomes porfía
  • Cuando el villano está en el mulo, ni conoce a Dios ni al mundo
  • Cuando el villano está rico, ni tiene parientes ni tiene amigos
  • Viose el villano en bragas de cerro, y él fierro que fierro
Nos detenemos especialmente en el segundo de los refranes, ya que una behetría era una población en la que sus habitantes, dueños absolutos de ella, podían elegir señor a quien quisiesen. A la vista del refrán hay que concluir que si no hubo muchos capitanes agarrotados en nuestra historia, sí debió salir más de uno mal parado. Es decir, alguno, como el protagonista de esta comedia, se tomó la mano cuando solo le habían dado el pie y terminó la historia en sentido contrario a como había previsto.

Antes de finalizar el comentario es preciso señalar que el refrán está como tal hoy en desuso, aunque sobrevive su segunda parte como locución verbal: Dar el pie y tomarse la mano. Pese a su popularidad, como hemos visto, en los Siglos de Oro, es difícil encontrar ejemplos de uso ya en el XVIII. La progresiva desaparición de los privilegios de la nobleza, confirmada por las leyes del primer tercio del siglo XIX, junta a la progresiva equiparación del pueblo llano de la mano del auge de la burguesía, piénsese que Pedro Crespo pertenecería a esa clase ascendente una vez abolidas las leyes, dejaron sin motivación al refrán. 

El Diccionario de Núñez de Taboada (1825) ya recoge la locución verbal como tal:
Dar el pie y tomarse la mano. Fam. Moteja a los que se propasan. 
Y uno de los primeros testimonios escritos lo encontramos en El doncel de don Enrique el Doliente de Mariano José de Larra (1834);
—He aquí lo que digo —iba refunfuñando el montero—. Dad el pie y os tomarán la mano. Ofrecíme a hacer un servicio a Peransúrez, y exigióme ciento.
Bibliografía
  • Calderón de la Barca, Pedro (1636 = 1981): El alcalde de Zalamea. Ed. de José María Díez Borque. Madrid: Castalia. 
  • Campos, Juana G. y Barella, Ana (1993 = 1996): Diccionario de refranes. Madrid: Espasa Calpe.
  • Correas, Gonzalo (1627 = 2001): Vocabulario de refranes y frases proverbiales, ed. Louis Combet, revisada por R. Jammes y M. Mir, Madrid: Castalia. Nueva Biblioteca de Erudición y Crítica, 19.
  • Mal Lara, Juan de (1568): La philosofia vulgar: Primera parte que contiene mil refranes glosados. Madrid. Casa de Hernando Díaz. [Disponible en Google Books.]
  • Núñez, Hernán (1555 = 2001): Refranes y proverbios en romance. Edición crítica de Louis Combet, Julia Sevilla, Germán Conde y Josep Guia. Madrid: Guillermo Blázquez, Editor; 2 vols.
  • Real Academia Española: Corpus diacrónico del español (CORDE). [En línea]: (http://www.rae.es/recursos/banco-de-datos/corde), [consulta: 31-1-2016].
  • —: Nuevo tesoro lexicográfico. [En línea]: (http://www.rae.es/recursos/diccionarios/diccionarios-anteriores-1726-1992/nuevo-tesoro-lexicografico), [consulta: 31-1-2016].
  • Vallés, Mosén Pedro (1549 = 2003): Libro de refranes y sentencias de Mosé Pedro Vallés. Ed. de Jesús Cantera Ortiz de Urbina y Julia Sevilla Muñoz. Madrid: Guillermo Blázquez, Editor.
Comentario para el club de lectura La Acequia.

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Comparto todo lo que bien dices en esta entrada. Y cuando digo todo, es todo.
Tratándose de un villano el protagonista, no podías tener mejor comienzo.

Abejita de la Vega dijo...

¡Qué lenguaraces se mostraban aquellos profesores de antaño! Ahora los que no se cortan son los alumnos. Y tampoco está bien. A mí no se me ocurre...no me gustaría salir en el telediario.

La "abejita" tiene recuerdos relacionados con la obra que nos ocupa. Lo que la "abejita" no ha contado en su blog "La arañita campeña" es que el texto se le quedó grabado a fuego, después de leerlo y comentarlo, durante seis cursos, en séptimo A,séptimo B,séptimo C,séptimo D y séptimo E. Me sabía lo de la pierna de don Lope y la cama que dio hecha el diablo...como el catecismo. No era fácil motivar a niños de doce o trece años para que prestaran atención a lo del honor patrimonio del alma,etc, etc.

Lo de dar el pie y tomar la mano se usa todavía en la versión abreviada. Yo lo digo a veces. Por cierto, que cuando leo un refrán digo: esto para Carmen.

Un abrazo, Carmen. Un placer visitar esta tu casa bloguera.

La seña Carmen dijo...

Claro que se usa en la forma abreviada, a eso iba. No son pocos los refranes que han devenido en locuciones, olvidándonos completamente de su forma refranística. Hay ejemplos muy interesantes.

Lo de la pierna, la cama, y otros ejemplos del diálogo entre don Lope y don Pedro son realmente de cuadro de honor, de no olvidarlos.