viernes, 28 de febrero de 2014

Número 41. A cantar las marzas...

A cantar las marzas en #Gamonal

«Sí, también en la provincia de Burgos y en Castilla se cantan las marzas»,
escribió Federico Olmeda en 1903, haciéndose eco en su recopilación (Olmeda, 1903 = 1992: 70) de tres muestras recogidas en la provincia, según él, totalmente originales.

Marzas en Caleruega (Fuente Blog de Caleruega)
Más de un siglo después las marzas no solo siguen vivas, recuperadas y revitalizadas, en muchos lugares de la provincia de Burgos, sino que, como buena tradición, se renuevan año a año incorporando pequeños detalles, o muchos de golpe, si la coyuntura lo propicia, como es el caso de estas marzas de Gamonal que hoy comentamos.

Convendrá aclarar, antes de proseguir, que Gamonal, en otro tiempo pueblo, es hoy un barrio popular y populoso de Burgos, que ha saltado a primera plana de los periódicos en el invierno del 2014 por la oposición popular a unas obras en la vía principal que escondían toda una historia de corrupción. Los vecinos consiguieron pararlas, y al día de hoy en ello siguen: luchando por la justicia y contra la corrupción.

Si las marzas, tradicionalmente, tuvieron un fin petitorio, el de recoger algunas monedas o alimentos con los que organizarse una fiestecilla en pleno invierno, estás también tiene ese fin recaudatorio, solo que esta vez lo recogido no irá a parar a una merienda, sino a un fin bien distinto.
Como son buenos vecinos, 
hágannos un donativo.
No será para nosotros,
será pa los detenidos. 
No obstante, y a pesar de las innovaciones, lo tradicional que ha conformado estos cantos —«como las cantaban padres y abuelos»— permanece y así vemos alumbrar, después de los permisos correspondientes, el canto a la Naturaleza, una de las constantes de la marzas, y en la que muchos autores ven el fin principal: cantar el año nuevo.

El año nuevo, que como tradición romana que es, empezaba en los idus de marzo.
Esta noche entrará marzo,
de medianoche pa bajo.
Cuando el labrador redobla, 
sus afanosos trabajos.
Desde marzo entra abril,
con las flores relucir.
Tras abril entrará mayo, 
con las flores relumbrando. 
Las marzas gamonaleras urbanas rinden un claro homenaje a la forma de vivir de sus abuelos, sus abuelos labradores, que con toda seguridad vivieron en otros lugares menos urbanos.

Y enseguida llegan abril y mayo, esos meses floridos, que en las marzas burgalesas dan la entradilla al Romance del prisionero, amplia glosa del mes de mayo y sus primores, y canto a la libertad, sobre el que en estas marzas se volverá más adelante; pero de momento seguirán desgranando uno a uno los meses del verano y sus labores; pareados que es fácil encontrar convertidos en refranes en numerosos lugares de la provincia:
Desde mayo entrará junio, 
con las hoces en el puño.
Tras de junio entrará julio,
segando más a menudo.
Y después agosto llega,
con afanes en las eras,
para recoger el fruto,
con que llenar la panera.
Seguido llega septiembre,
¡oh!, ¡qué lindo mes es este!
que se coge pan y vino,
pan y vino para siempre.
Meses de trabajos y no siempre de abundancia.

Primero la siega: En Junio, hoz en puño; para lo seco, mas no lo maduro (Hernán Núñez, 1555 = 2001: II, 93) y Julio, segando más a menudo.

Luego la trilla, días de agosto, 
con afanes en las eras.
Recogiendo la torna (Pedro Ontoria)

¡Y por fin septiembre!: ¡Qué lindo mes es este, / si durara para siempre!

Tras el preceptivo descanso: ¡Alto y a beber!
Bajadnos la bota,
para echar un trago,

porque la garganta,

se nos va secando.
llegamos al Canto a la injusticia, sí, han oído bien, buena muestra de cómo han de aprovecharse las fiestas para poner sobre el tapete los problemas que nos aquejan, algo que en otros lugares de la provincia tradicionalmente aprovechando las festividades solemnes como es el caso del «papel con la verdad», que lee el Bobo en la romería de Nuestra Señora de las Nieves.

Quedémonos en Gamonal:
Y a los banqueros
también les diremos,
que a la mañanita,
los cuartos queremos.

Tradición y novedad se van fusionando con nuevas llamadas al Romance del prisionero
jugáis con nuestro dinero.
No pegáis ni palo al agua,
en avaricia los primeros.
En los árboles las aves,
cantan sus trinos de amor
y en la jaula el pajarito,
gime con un gran dolor.
La injusticia se hace explícita a medida que avanzan los versos.

A pobres, pegan e insultan,
si protestas es peor.
Y a los ricos los indultan,
ya me sé yo esta canción.

¡Ay triste de mi cuidado, 
metido en tantas prisiones!
Sin saber cuándo es de día,
y apenas cuándo es de noche,
solo por coger tres nueces,
a quien tiene mil nogales.
Los amigos de los jueces,
 nunca serán los culpables 
...
No seamos demasiado rigurosos ante la falta de rima, de ritmo o de medida, los propios marzantes, conscientes de sus limitaciones, nos piden perdón por ello, antes de despedirse:

Aquí terminan las marzas,
si hay defectos, perdonad,

no sin antes habernos recordado el motivo que les mueve: recaudar fondos para la lucha del pueblo, y aquí vemos aparecer también otro elemento tradicional y a la vez novedoso en las distintas letras de las marzas, la aparición de las distintas monedas de curso legal que han ido sustituyendo a las tradicionales peticiones de huevecillos y choricillos.

Den un aguinaldo,
aunque sea un poquillo.
Si nos dan monedas,
que no sean pesetas.
Si nos dan billetes,
no sean de juguete. 
...
¡Y con esto, ea, ea...
y con esto, adiós, adiós...!

Bibliografía

  • Marzas en #Gamonal. [En línea: (http://gamonalniunpasoatras.wordpress.com/2014/02/24/marzas-en-gamonal/), consulta: 28-02-2014.]
  • Olmeda, Federico (1903 = 1992): Folklore de Burgos. Burgos, Diputación de Burgos, 3.ª ed. (2.ª facs.), prólog. de Miguel Manzano. 
  • Núñez, Hernán (1555 = 2001): Refranes y proverbios en romance. Edición crítica de Louis Combet, Julia Sevilla, Germán Conde y Josep Guia. Madrid: Guillermo Blázquez, Editor; 2 vols.

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