viernes, 27 de noviembre de 2020

Número 236 Bendito mes, que media con San Eugenio y termina con San Andrés (II)

La versión más extendida del refrán con el que abríamos la anterior entrega dedicada a noviembre se enuncia como:

Bendito mes, que entra con los Santos, media con San Eugenio y termina con San Andrés.

Así que empezaremos mediando con San Eugenio, para seguir con otros santos de la segunda mitad de noviembre, para terminar en San Andrés.

San Eugenio, tiempo de castañas

Sobre la personalidad histórica de este santo, considerado primer obispo de Toledo, hay cierta confusión, pues se han llegado a nombrar hasta tres personalidades distintas. Hay constancia histórica de dos obispos de Toledo en la época visigoda con ese nombre, Eugenio I (636-646) y san Eugenio II (546-657), importante figura no solo de la Iglesia, sino también de las letras.

Sobre ellos, y según una versión interesada compuesta en el siglo IX, planea la figura de un san Eugenio, que habría vuelto a su ciudad natal, Toledo, para ser obispo, después de haber sido discípulo de Dionisio Areopagita y haber vivido en Roma. Siguiendo con la leyenda, tras su estancia en Toledo, habría ido a París a reunirse con san Dionisio, donde fue martirizado, siendo su cuerpo arrojado a un lago. Tras diversas vicisitudes el cuerpo de san Eugenio habría viajado finalmente a Toledo bajo el reinado de Felipe II.

Como si no fuera suficiente el ruido, hasta bien entrado el siglo XX, se consideró que un cuadro de El Greco, conservado en el Monasterio de El Escorial, representaba a san Eugenio cuando todo parece indicar que se trata de san Ildefonso.

Aunque se celebran otros San Eugenio a lo largo del año, el refranero no presenta dudas en fijar esta fecha, no solo por el refrán de cabecera de este artículo, sino porque también estamos en el tiempo de que los castaños den sus frutos, y empiecen a asarse sobre las brasas del hogar para completar, sobre todo en otro tiempo, la cena familiar. Por ello se dice:

San Eugenio, las castañas al fuego, 

 y su versión más extendida,

San Eugenio, las castañas al fuego, la leña en el hogar y las ovejas a guardar,

ambos recogidos en Quintana del Pidio nos llevan directamente al invierno con sus fríos, los rebaños recogidos, y las largas veladas, tan propicias para compartir historias, al amor de esa lumbre y esas castañas que calientan las manos. 

San Clemente y el laboreo

De San Clemente sabemos que fue uno de los primeros papas, siendo obispo de Roma. Su muerte está igualmente rodeada de leyenda, pues según la más conocida fue arrojado al mar con un ancla al cuello por orden del emperador Trajano. Su fiesta es el 23 de noviembre.

Por San Clemente, abre/alza la tierra y tapa la simiente.

refrán que recogimos en Quintana  del Pidio.

Este refrán es para algunos (Barniol et alii) el refrán de las segundas oportunidades, pues son más numerosos aquellos refranes que aconsejan sembrar como mucho a principios de mes. Recuérdese, Por los Santos, los trigos sembrados.

Por otro lado, recordemos que alzar es 'arar el terreno por primera vez , después de estar perdido o en rastrojo' (Martín Criado), por lo tanto este refrán aconseja también, para aquel que no lo haya hecho, labrar la tierra para dejarla reposar durante el invierno.

Santa Catalina trae la nieve

Otra santa, santa Catalina de Alejandría, cuya existencia se ha puesto en entredicho, en parte porque según algunos estudiosos habría sido un constructo cristiano para contrarrestar la figura de Hipatia de Alejandría. En un determinado momento, estuvo a punto de ser retirada de la liturgia de la Iglesia católica, pero hoy podemos seguir celebrando su fiesta el 25 de noviembre: De Santa Catalina a Navidad, un mes cabal.

Si hay un elemento que siempre aparece en la iconografía de la santa es la rueda dentada, con la que según la tradición fue martirizada, aunque no muerta, pues se produjo el milagro de que la santa no sufriera ningún daño. Según algunas leyendas más recientes, en muchas imágenes la rueda de santa Catalina solía ser de oro, pero la codicia o la necesidad de generaciones de párrocos terminaron vendiéndolas a museos en el mejor de los casos, o a desaprensivos que las fundieron para hacer joyas. Santa Catalina murió decapitada, y según la tradición sus restos fueron sepultados en el monte Sinaí.

mural sobre Santa Catalina en el barrio de Santa Catalina de Aranda con distintas alegorías a la santa y al barrio
Mural de Santa Catalina, de Nano Lázaro en el barrio de Santa Catalina (Aranda de Duero)

El folklore y en general el refranero son muy generosos con esta santa, quizás propiciado por las fechas del año en que nos movemos. En la Ribera hemos documentado algunos refranes aparte del mencionado arriba.

Si a primeros de mes, podíamos ver la nieve en los altos, a estas alturas del mes es probable que la tengamos ya a la puerta de casa:

Por Santa Catalina, la nieve en la cocina,

refrán que puede oírse en distintos pueblos de la comarca, y también en su versión más completa, recogida en los pueblos del Valle del Riaza:

Para los Santos, la nieve en los altos, y para santa Catalina, la nieve por la cocina

Presentan un interés distinto los refranes que relacionan a esta santa, o mejor su fecha, con las costumbres gastronómicas de nuestros pueblos:

Por Santa Catalina, la berza es gallina,

refrán recogido en distintos pueblos de la Ribera. 

La berza, abundante en este mes, era alimento obligado, todo un manjar en la mesa navideña, tal como nos lo relatan los hermanos Calvo Pérez  (:

Por la noche, reunida toda la familia, se concluía ante el Nacimiento si lo había en casa, el rezo de las cuarenta avemarías (que se venía haciendo desde el uno de noviembre). La cocinera había preparado con deleite: esa misma tarde había bajado al huerto a coger la berza (ya decían que para Santa Catalina la besuguera —25 de noviembre— «la berza es gallina»). El padre había subido a la covancha para bajar el vino de la cuba; era un día muy especial y convenía beber de lo mejor, «de eso que metía agujas». El gallo, alimentado con cebada durante largos meses y curado al frío denlos hielos invernales, sería el manjar del segundo plato; a veces, se sustituía o acompañaba del besugo o del bacalao con tomate o rebozado. Mientras se preparaba el condumio, se asaban en rosario (unidas con hilo de bramante) las castañas en el brasero. Los postres, lógicamente, turrones: blando y duro, procedentes del intercambio con los familiares de la ciudad (a ellos se les envió el pollo y mandaron a vuelta de autobús los dulces). Y sobremesa casera: partidas a la brisca saboreando alguna copilla de ron, coñac, aguardiente o anís de la Asturiana.

Nótese también que la santa anuncia la temporada del besugo, Por Santa Catalina el besugo en la cocina, que alcanzará su auge y su precio alrededor de Navidad, y llegará hasta San Blas, el 3 de febrero.

San Andrés, una, dos y tres 

He querido coger como subtítulo de esta sección esa frase de un juego infantil que me dieron como «refrán» los alumnos del C. R. A. Valle del Riaza,

Una, dos y tres, los tres pasitos de san Andrés,

para finalizar con este santo, también muy refranero, con el que terminamos el mes, sin lugar a dudas uno de las más refraneros también del año, al menos en la Ribera.

Terradillos de Esgueva, San Andrés (J. M. Cabañes)

Comencemos por la nieve, que es ya segura, y aquí no cabe duda de si es en los altos o en los bajos, pues, como hemos visto por Santa Catalina, llega ya hasta la cocina. Versiones largas y cortas se suceden, recogidas en prácticamente todos los pueblos de la Ribera:

  • Por San Andrés, la nieve en los pies;
  • Por los Santos la nieve en los cantos; y por San Andrés, en los pies;
  • Por los Santos, la nieve en los cantos; por San Andrés, cierto es;
  • San Andrés, cierta/segura es.

También el refranero se hace eco de esa sensación de estar en los días más oscuros y cortos del año. 

  • Para San Andrés, el día noche es;
  • Por San Andrés, todo el tiempo noche es;
  • Llegando San Andrés, todo el día noche es.

Porque como me comentaron en cierta ocasión en Terradillos de Esgueva, cuyo imagen de san Andrés ilustra esta sección, y donde tratan de conjurar la falta de luz con una iluminaria: «desde que comienza enero, los días tienen otra alegría, sobre todo por las tardes».

En definitiva,

Por San Andrés, el invierno cierto es,

resumen en Castrillo de la Vega. 

Aunque estemos en invierno, todavía quedan algunas cosechas que recoger, como la de la miel, por ejemplo:

Si quieres miel, cata por San Miguel, y si quieres cera por las Candelas,

refrán recogido en Sotillo de la Ribera y Quintana del Pidio, donde aseguran que la mejor época para catar las colmenas es entre San Andrés y la Inmaculada, porque si se espera a las Candelas, lo más probable es que la miel se haya acabado, aunque siempre hay que dejar algo para alimento de las abejas.

En Campillo confían más en la cata tardía, y dicen:

Si quieres miel, por San Andrés, y si quieres miel y cera por las Candelas.

En otros lugares de la Ribera, principalmente por ser versos incluidos en las marzas, adelantan la cata, al menos nominal, a septiembre: Si quieres coger miel, cata por San Miguel. 

Es también el tiempo, por los fríos, de ir matando los animales de engorde para ir preparando la despensa de todo el año:

Por San Andrés, mata tu res, chica, grande o como es,

aconsejan en Tubilla del Lago, y en el mismo pueblo recuerdan que

Por San Andrés, mata el pobre su cochino y el rico mata tres.

La oveja machorra, aquella que ya no pare, ha sido sacrificada a finales de octubre o primeros de noviembre, para celebrar el final de las vendimias. 

Hablando de vendimias, ya ha pasado un tiempo de ellas, ya se puede beber el primer vino,

  • Por San Andrés, el vino ya se puede beber; y
  • Por San Andrés el mosto vino es.

dicen en Pardilla y Tubilla respectivamente, pero sobre todo se sabe que el que está en su mejor punto es el vino del año anterior, atestiguada por una serie de refranes que casi todos los ribereños saben y recuerdan en llegando estas fechas:

  • El vino para San Andrés, añejo es;
  • Por San Andrés el vino nuevo viejo es;
  • Para San Andrés el vino joven añejo es. 

Tiempo de regocijo sin duda, tiempo de abundancia invernal, de entrar en periodo festivo, porque como nos recuerdan desde Gumiel de Izán:

  • De San Andrés a Navidad, veinticuatro días van;
  • Desde San Andrés, las fiestas de tres en tres.

Bibliografía

  • Barniol, Albert et alii (2014): Los refranes de el tiempo. Madrid: Espasa Calpe.
  • Calvo Pérez, Juan José y Calvo Pérez, Roberto (1996): «La Navidad: memoria y relato», Cuadernos del Salegar, Año II, número 8, http://mimosa.pntic.mec.es/~jcalvo10/Textos-CdS/08-La%20Navidad.pdf, [consultada 25-11-2020]. 
  • Cantera Ortiz de Urbina, Jesús y Sevilla Muñoz, Julia (2001): El calendario en el refranero español. Madrid: Guillermo Blázquez, Editor.
  • Correas MartínezMiguel y Gargallo GilJosé Enrique (2003): Calendario romance de refranesBarcelona: Edicions de la Universitat de Barcelona.
  • Díez Barrio, Germán (1996): Dichos didácticos. Refranes agrícolas de meses y santos. Vallladolid: Castilla Ediciones.
  • Hurtado González, Luisa (2018): La meteorología en los refranes. Madrid: Ministerio de Agricultura y Pasca, Alimentación y Medio Ambiente. AEMET.
  • Martínez Kleiser, Luis (1945): El tiempo y los espacios de tiempo y los refranes. Madrid: Librería General de Victoriano Suarez..
  • ParemioRom. Paremiología romance: refranes meteorológicos y territorio. Universidad de Barcelona (http://stel.ub.edu/paremio-rom/es). 
  • Rubio Marcos, Elías, Pedrosa , José Manuel y Palacios, César Javier (2007): Creencias y supersticiones de la provincia de Burgos. Burgos: Ed. de Elías Rubio Marcos.
  • Tubilla del Lago: Refranero, http://www.tubilladellago.com/refranero.html, [consulta: 13-11-2020]
  • Ugarte García, María del Carmen (2007): El refranero del C. R. A. Valle del Riaza. http://cravalledelriaza.centros.educa.jcyl.es/sitio/index.cgi?wid_seccion=6&wid_item=87, [consulta: 3-5-2020].
  • — (2008): «Refranes agrícolas de Quintana del Pidio», Cuadernos del Salegar, núm. 55-56. http://mimosa.pntic.mec.es/~jcalvo10/Textos-CdS/55-56-RefranestiempoQuintana.pdf, [consulta: 3-11-2020].
  •  — (2012): Paremias y otros materiales de tradición oral en la Ribera del Duero. Estudio etnolingüístico y literario. Tesis doctoral dirigida por
    María Josefa Postigo Aldeamil. https://infoling.org/elies/?t=ir&t=ir&info=Tesis&id=106&r=360Raquel, [consulta: 3-11-2020].
      

 


sábado, 14 de noviembre de 2020

Número 235. Ni más ni menos: diferente

Hoy le cedo el espacio a mi amiga Carmen Bonet Borrás, porque siempre es bueno conocer otras circunstancias, y además sabe contarlas. Publicado originalmente en la revista del Centro Asturiano

domingo, 8 de noviembre de 2020

Número 234. Noviembre, bendito mes... (I)

Noviembre es sin duda un mes refranero. Mes no solo de Todos los Santos, esos santos anónimos, sino también de otros cuantos bien nombrados, que van marcando el ritmo de nuestras vidas, y especialmente de aquellos labradores que no paraban de mirar al cielo. 

Todos los Santos

Noviembre, bendito mes, que entra por los Santos y termina por San Andrés

Con ligeras variantes este refrán es muy popular en toda la Ribera, al igual que en el resto de España, y hemos recogido testimonios de él en prácticamente todos los pueblos, tanto directamente como a través de los alumnos de los diferentes colegios.

Panorámica de cementerio con flores
 

Estaríamos ante un refrán típico de calendario, realmente no predice nada, solo marca las fechas, por lo que es habitual presentarlo como una adivinanza, suprimiendo ese noviembre que lo encabeza, para luego añadir, sin esperar realmente una respuesta a la supuesta adivinanza, que estamos en noviembre.

Frente a otras realizaciones más comunes en el resto de la península, Todos los Santos en la Ribera se abrevia en los Santos, en este y en otros casos, como veremos a continuación.

También preferimos calificarlo de bendito frente a dichoso, como hacen en otros lugares. Si de santos hablamos, quizá lo consideremos más respetuoso tratarlo de bendito.

Ya entrados en la climatología, la festividad nos anuncia, y más por estas tierras, la llegada del invierno, aunque todavía la estación sea el otoño:

De Todos los Santos a Navidad es invierno de verdad,

aportado por los alumnos del C. R. A. Valle del Riaza.

La festividad de Todos los Santos marca también la llegada de las primeras nieves, con igualmente un refrán muy popular, al que se le añade en muchos casos una segunda parte que nos lleva a finales de mes.

Por los Santos, la nieve en los cantos; y por San Andrés, la nieve en los pies.

Dejemos las variantes de San Andrés para su fecha, y quedémonos con la primera parte del refrán. La variante predominante en la mayoría de los pueblos de la Ribera es esta:

Por los Santos, la nieve en los cantos,

aunque también hemos podido atestiguar, Por los Santos, la nieve en los altos, mayoritaria en los refraneros nacionales, y Por los Santos, la nieve en los campos, recogida en Coruña del Conde.

Según ParemioRom, la variante que nos ocupa es propia de Burgos, lo cual coincide con lo que hemos recogido, pero ¿qué significado tiene aquí este cantos?

Si nos atenemos al DLE y al Moliner estamos ante una 'piedra, especialmente las de borde redondeado'. Sabemos que en la Ribera, aunque no lo recojan como tal los vocabularios específicos, prácticamente todas las piedras se convierten en cantos, por lo que el refrán nos estaría diciendo que tenemos la nieve ya en el suelo; pero la intuición de algunos de nuestros informantes los inclina a mirar hacia el cielo, quizás influidos por esa otra variante subyacente, la nieve en los altos, sobre la que los meteorólogos (Barniol et alii, 2014) aseguran que las nieves aparecen en las cumbres.

No obstante, no podemos obviar en este caso el otro significado de canto, como 'extremo o lado de algo'. Recordemos Casa en canto y viña en pago, donde ya Correas aclaraba que las casas en esquina tienen sus ventajas. ¿Serán, entonces, estos cantos de nuestro refrán burgalés los extremos de tesos, oteros, cuestas y cotarros? La versión extendida del refrán, la de San Andrés, apoya también, al contraponer cantos a pies, la idea de que con cantos nos estamos refiriendo a los altos. Por otro lado, la rima perfecta entre santos y cantos, que difieren solo en un sonido, contribuyó al asentamiento en nuestras tierras de esta variante del refrán. 

Sin descender a estos detalles, en lo que coinciden los informantes es que por los Santos los fríos llegan, y empiezan a verse las primeras nevadas, y que la sensación de estar en invierno es completa.

Que estamos en invierno se confirma además con estos dos refranes: Desde los Santos hasta Adviento hay mucha lluvia y poco viento, recogido en Fuentespina y De los Santos a Navidad, o bien llover o bien nevar.

La disminución de la luz solar se hace palpable sobre todo por las tardes, y así tenemos este refrán que nos dejó Calvo Madrid (1999) en Baños de Valderados:

El entrenochar de veras, de los Santos a las Candelas.

El propio autor nos aclara que este entrenochar es 'velar' y que en esta época, como no eran muchos los trabajos que había que hacer en el campo, la gente aprovechaba para prolongar las veladas al amor de la lumbre, sin prisa para madrugar al día siguiente. En otros lugares de la comarca encontramos la versión más estándar:

Trasnochar de veras, de los Santos a las Candelas.

Finalmente, no podrían faltar los consejos para los labradores, pues en esta época ya deben estar sembrados los trigos, así que si se ha llegado a este punto sembrando, debe alzarse la mano inmediatamente de la sementera. 

Por Todos los Santos, los trigos sembrados, y los frutos en casa entregados, 

porque ya se sabe que,

Trigo santero, no llega al granero,

ambos refranes recogidos en Quintana del Pidio.

También aconsejan algunos podar las viñas, siguiendo ese consejo de que si quieres ver tu viña moza, pódala con hoja, por lo que 

Poda por los Santos, aunque sea con un canto,

recogido en Villalba de Duero, y donde vemos aparecer otra vez la rima Santos, canto.

San Martín 

A medida que avanza el mes encontramos un alivio a los fríos anunciados a primeros de mes, se trata del veranillo de San Martín, que según dice el refranero, dura poco, pero se ve con una cierta esperanza:

El veranillo de San Martín, dura tres días y fin.

El Greco - San Martín y el mendigo San Martín fue obispo de Tours, pero antes fue soldado romano, y el episodio legendario de haber partido su capa con un pobre es el que le ha dado popularidad y le ha hecho patrono de los capistas.

A pesar de que san Martín nació en el siglo IV, el Greco lo pintó como un bello joven, montando un elegante caballo blanco y ataviado con lujosa armadura del siglo XVI. El mendigo, de pie a su lado, se nos muestra desnudo, recibiendo el regalo de la capa con la que va a aliviar no sabemos si el frío o la desnudez.

Algunas lenguas dicen que si san Martín hubiera sido español —había nacido en Hungría—, le habría dado al pobre la capa entera; pero la propia leyenda aclara que si le dio la mitad, fue porque no era suya, sino del Ejército romano en el que servía. Por tanto, no fue cicatería por parte del santo, sino honradez. Una vez abandonada la vida militar, inició el camino de la religión que concluiría en la silla episcopal de Tours en Francia. 

Su festividad se celebra el 11 de noviembre, y como por estas fechas, ya con los primeros fríos, comenzaba en muchos lugares la matanza del cerdo, es por lo que con frecuencia se dice, aunque su sentido hoy sea metafórico, lo de 

A cada/todo cerdo le llega su San Martín, 

presente en prácticamente todas las encuestas en los pueblos de la Ribera. O lo que es lo mismo,

Por San Martín deja el cerdo de gruñir,

recogido en Villalba de Duero. Tampoco nos podía faltar, la variante con rima recogida por María Gil(*):

A cada cochino le llega su San Martino.

Anotado también por María Gil, nos encontramos 

San Martino, el mosto ya es vino,

aunque en este caso creo que este refrán no pertenece a la Ribera, pues para tener vino, habrá que esperar a San Andrés, como veremos el próximo día.

Imagen de San Martín de Tours
San Martín de Tours. Museo Gomellano 

Dejamos los cerdos y el vino, y finalizamos con otro producto imprescindible en nuestra cocina, porque san Martín tiene también su mote,

San Martín, el ajero, sembraba ajos con el dedo, 

refrán recogido en Gumiel de Izán entre otras localidades, porque a mediados de noviembre es la época ideal para plantar los ajos, siempre que, según la sabiduría popular, no se planten con viento solano, porque se saldrán de la tierra.

El propio ajo lo tiene muy claro cuando se enfrenta con el hortelano en estos refranes:

—Ajo, ¿por qué fuiste ruin? —Porque no me sembraste por San Martín.

—¿Por qué no has engordado, ajo ruin? —Porque no me sembraste por San Martín.

La segunda variante se la debemos también a María Gil.

Notas 

(*) María Gil, natural de Campillo de Aranda y residente en Aranda de Duero. En el 2006 me facilitaron copia del manuscrito en el que iba recogiendo refranes, entonces unos tres mil, que oía por la calle, aunque también anotaba los de la televisión. Tuve ocasión de entrevistarla en el verano del 2010, entonces su colección era ya de unos nueve mil. Al corpus total no llegué a tener acceso.

El autor de la foto del Museo Gomellano es Pablo Las Hayas. 

Bibliografía

  • Barniol, Albert et alii (2014): Los refranes de el tiempo. Madrid: Espasa Calpe.
  • Calvo Madrid, Teodoro (1999): La comarca Aratzea: raíces históricas de la etopeya o costumbres viva de sus gentes. Granada: [s.n.].
  • Cantera Ortiz de Urbina, Jesús y Sevilla Muñoz, Julia (2001): El calendario en el refranero español. Madrid: Guillermo Blázquez, Editor.
  • Correas MartínezMiguel y Gargallo GilJosé Enrique (2003): Calendario romance de refranesBarcelona: Edicions de la Universitat de Barcelona.
  • Correas, Gonzalo (1627 = 2001): Vocabulario de refranes y frases proverbiales, ed. Louis Combet, revisada por R. Jammes y M. Mir, Madrid: Castalia. Nueva Biblioteca de Erudición y Crítica, 19.
  • Díez Barrio, Germán (1996): Dichos didácticos. Refranes agrícolas de meses y santos. Vallladolid: Castilla Ediciones.
  • Hurtado González, Luisa (2018): La meteorología en los refranes. Madrid: Ministerio de Agricultura y Pasca, Alimentación y Medio Ambiente. AEMET.
  • Martínez Kleiser, Luis (1945): El tiempo y los espacios de tiempo y los refranes. Madrid: Librería General de Victoriano Suarez..
  • ParemioRom. Paremiología romance: refranes meteorológicos y territorio. Universidad de Barcelona (http://stel.ub.edu/paremio-rom/es).
  • Refranero multilingüe (2017). Centro Virtual Cervantes. 
  • Sánchez Egea, José (1986): El libro de los refranes de la temperie. Madrid: Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones. Instituto Nacional de Meteorología.
  • Ugarte García, María del Carmen (2007): El refranero del C. R. A. Valle del Riaza. [En línea]: http://cravalledelriaza.centros.educa.jcyl.es/sitio/index.cgi?wid_seccion=6&wid_item=87, [consulta: 3-5-2020].
  • — (2008): «Refranes agrícolas de Quintana del Pidio», Cuadernos del Salegar, núm. 55-56. [En línea]: http://mimosa.pntic.mec.es/~jcalvo10/Textos-CdS/55-56-RefranestiempoQuintana.pdf, [consulta: 3-5-2020].