sábado, 8 de febrero de 2014

Número 39. ¿Ves la choza? Así es el pastor

Esta historia comienza en un puesto del mercado, un día en que dos pequeños comerciantes, con respectivos puestos el uno enfrente del otro, se pican como de costumbre. El uno es de Burgos y el otro es de León. Ante la presencia de una tercera persona, un cliente, también de León, viejo conocido de ambos, empieza el de Burgos su retahíla:
¿Dónde vas?, ¿dónde vas? ¿Ves al carnero? Pues así son las ovejas, o como dicen en mi pueblo: ¿Ves la cabaña? Pues así es el pastor.  
Como si estuviéramos ante un moderno Sancho, el tendero ensarta los refranes uno tras otro mientras continúa con su tarea de atender a la clientela amablemente, que lo cortés no quita lo valiente.

El quesero es de la Sierra, zona de abundante bosque y pastos, donde todavía puede encontrarse abundante ganado: ¿Ves la cabaña? Pues así es el pastor. Ahora, este refrán parece que se acomoda a los distintos terrenos y va adaptándose a las circunstancias que lo rodean, adoptando diversas formas. Veamos algunas.  

¿Ves la chabola? Así es el guarda. Variante recogida también en tierras de Burgos, pero en la Ribera del Duero, concretamente en Gumiel de Izán, donde suelen denominar chabolas a las construcciones rústicas de piedra donde se cobijaban los viñaderos, que recordemos que el miedo guarda la viña, no el viñadero.


Chabola en el término de Gumiel de Izán (Burgos)
Estas construcciones rústicas, orientadas normalmente al sur o al este, para aprovechar las horas de insolación, de forma troncocónica y redondeadas por arriba, reciben en otros lugares de la Ribera los nombres de cabañas o simplemente casetas, aunque en algún lugar insisten en llamarlas loberas, por ser utilizadas por el pastor que guardaba las ovejas del temido lobo; pero en general, como se apunta arriba, se situaban en terrenos de labor, preferentemente viñas, y servían de refugio tanto en invierno como en verano. 

No siempre la cabaña se construía en piedra para que fuera duradera, sino que era posible encontrar por el campo otro tipo de construcciones más endebles: Viendo la choza, se ve al guarda y ¿Ves la choza? Pues así es el pastor.

Choza hecha de tablas y techo de palos, que sirve de refugio ocasional
La palabra choza es propia tanto del castellano como del portugués y según Corominas (1980: 198) está con nosotros desde 1251 y parece ser un derivado de chozo, 'choza pequeña', que a su vez vendrá del latín pluteus, 'armazón de tablas, fijo o móvil, con que los soldados se guarnecían de los tiros del enemigo'. 
Siempre interesante es acudir a Cavarrubias para ver cómo se veía esta palabra en el siglo XVI:
Choça: Latine tugurium, teges. Casa, y propiamente la cavaña donde se recogen los pastores. Díxose choça, quasi chota, por ser el lugar donde tienen encerrados los cabritillos o corderos mamantones; y a la noche, cuando vienen las madres, les dan de chotar o mamar. Algunos sospechan ser nombre arábigo. Cuando la casa es pobre y ruyn dezimos ser una choça. El toscano llama a la choça cappona. 
En este caso, el maestro parece haberse dirigido, con esos cabritillos mamones, más por una etimología cercana a lo popular,  pero lo que parece claro es la relación de la palabra con el oficio de pastor.  
Dejando ahora de lado las palabras, nos adentramos en las numerosas variantes que este refrán presenta, encontrándonos primero unas interesantes variantes en las que dejamos a un lado los pastores y nos introducimos en un mundo de guardas y melonares:
¿Ves la choza? Así es el melonero
Según es la choza, así es el melonero
Viendo el chozo, se ve el melonar
¿Ves el chozo? Así es el guarda
El Refranero popular manchego registra tres variantes, con una explicación acerca de su significado:
Según es la choza, así es el melonar. / Según la choza, así es el guarda. / Viendo el chozo, se ve al guarda
Se utiliza para dar a entender que la categoría y condición de una persona llega a través de la impresión de su comportamiento, de la ropa o de su vivienda.
Martínez Kleiser, bajo el epígrafe «Inferir», registra algunas variantes recogidas todas por Rodríguez Marín, que es el primer autor del que tenemos constancia escrita.
En su primera recopilación (1926) recoge dos:
Por la choza se saca el meseguero (1926), siendo el meseguero quien guarda la mies, y
En viendo el chozo, se ve el viñador.
En las sucesivas recopilaciones añade otros dos: 
Por el mesón se conoce al patrón (1930), añadiendo la versión francesa: La maison fait connaître le maître.
En viendo el chozo, se ve el melonero (1934).
De 1932 es también uno de los primeros testimonios de uso en el ámbito periodístico, que nos lo localiza en tierras toledanas. Se trata de un comentario firmado por Luis Bello acerca de las inversiones realizadas en las escuelas rurales:
Situación final de este primer periodo. Los pueblos han hecho el esfuerzo de que son capaces. En casi todas partes han apurado sus posibilidades y apretarles ahora sería perder el tiempo. No hay escuela sin local. Cuando me argumentan que eso es lo de menos, yo encuentro divertida la objeción Vamos a ver dónde metéis a los muchachos y dónde instaláis esa primera enseñanza gratuita, obligatoria, y laica. Quitáis los signos religiosos y Hacéis bien si la escuela prescinde de ese ideal determinado. Pero hay que darle otro. Dignificarla. Elevarla. Idealizarla "en sí misma". ¿Lo vais a hacer en esos viejos tugurios de pueblo? Por tierras de Toledo he escuchado yo este refrán: "según el chozo, así es el guarda". No diré tanto porque hemos visto grandes maestros en tristes cuchitriles; pero, en verdad, a quien califica el chozo es al amo: el Concejo del Pueblo y al Estado. De estas escuelas nuevas muchas habían sido ya clausuradas por los inspectores Maestros hay que no han podido asentarse en los lugares por no dárseles casa decente. (Luis Bello: «Notas sobre instrucción. Análisis rápido». Luz. 27 de febrero de 1932, p. 3).
Pastores, guardas, mesegueros, viñaderos, meloneros..., oficios que apuntan a la guarda y custodia de bienes, pero ¿siempre fue así? 
El refrán apunta a viejo, pero ya hemos dicho que los testimonios escritos avalan más bien la hipótesis de una cierta modernidad.
Echemos la vista atrás, y con ayuda de la hemeroteca, veamos algunos ejemplos de este inferir a través de las apariencias un siglo atrás.
En el siglo XVIII, siglo poco dado a refranes, encontramos 

como dicen Por el hábito se conoce la monge (Diario de Madrid (Madrid. 1788), 30/4/1790, pág. 2),
que sin duda nos recuerda el muy citado El hábito no hace al monje, o incluso a su contrario menos difundido: El hábito hace al monje. 
Sin embargo, el refrán Por la garra/uña se conoce al león parece ser muy popular a lo largo del siglo XIX, al menos entre los periodistas: 

Por la uña se conoce al león (Memorial literario o Biblioteca periódica de ciencias, literatura y artes. 10/6/1805, n.º 16, pág. 35),
que a veces aparece combinada con otros:
Por la garra se conoce al león y por el hilo se saca el ovillo (La Esperanza (Madrid. 1844). 4/12/1857, pág.3).
Si por la garra se conoce al león y por el hilo se saca el ovillo (La Época (Madrid. 1849). 27/8/1858, n.º 2.880, pág. 1).
Otros animales también aparecen en este tipo de paremias: 
Se conoce al pájaro por la pluma (La Correspondencia de España. 3/1/1871, n.º 4, 788, pág. 1)Por la cola se conoce al zorro y por la lengua al judío (La España (Madrid. 1848). 22/7/1853, n.º 1528, pág. 4).
Finalmente aparecen los oficios:
En la obra se conoce al artesano (El Artista (Madrid. 1866).30/7/1868, pág.2).
Volvemos, para finalizar, al siglo XXI, donde encontramos numerosos ejemplos que nos muestran que este refrán sigue vivo, y además que se va adaptando a cada lugar, a cada modo de hablar. Veamos estos ejemplos regionales que nos hablan de jabas (habas) y jabares:
VIENDO EL CHOZO, SE VE EL “JABAR” Frase que indica que el aspecto y la forma de comportarse, lo dice todo de una persona. Normalmente, la calidad del chozo para guardar el habar iba en relación con la calidad de este. (Vocabulario de Santaella, http://diccionario.grupandia.com/viendo-el-chozo-se-ve-el-jabar/).
Viendo el chozo se ve el jabalero. Jabalero es en realidad "habalero"... Habalero es el guarda de las habas que normalmente tenía un chozo en el habal. De hay viene ese dicho, según era el chozo así era el guarda. Escrito por ANTONIO TORRES 25/10/2007 03:20  (http://fuentelarco.blogspot.com.es/2013/04/refranes-v.html) Fuente de Arco (Badajoz) 
Y aún más, dos ejemplos de actualidad y en contexto:  
"Viendo el chozo se ve el melonar. Y en este caso el chozo tiene goteras", ha ejemplificado el líder de IU en rueda de prensa sobre la "ironía" que a su juicio supone que Don Juan Carlos inaugure este lunes el Año Judicial en el Tribunal Supremo. (http://www.europapress.es/nacional/noticia-cayo-lara-cree-rey-no-mejores-condiciones-presidir-apertura-ano-judicial-20130916142412.html) 16-09-2014.
Pasa con la asamblea de IU Extremadura del pasado domingo  que escuchando  las declaraciones de Pedro Escobar diciendo que “un adelanto electoral o una moción de censura sólo beneficiarían al PSOE”  y sabiendo que por no pensar como la corriente oficial algunos han planteado la expulsión del disidente Víctor Casco, que  podemos usar  para definirla la frase que en castúo dice: “viendo el chozo se ve el jabalero”. El chozo fue el esperpento de asamblea celebrada el domingo en Mérida y los jabaleros son los maestros de ceremonia, don Pedro Escobar y don Alejandro Nogales, que llevan al rebaño alimentando el odio enfermizo al PSOE y que después de escuchar esto es algo que ya no pueden ocultar. (http://www.extremaduraprogresista.com/libre/40-libre-opinion/15508-viendo-el-chozo-se-ve-el-jabalero)
Antes de cerrar dejemos testimonio de algunas variantes localizadas en refraneros de Asturias y Santander, en los que los guardianes ya no son las personas, sino el fiel amigo del hombre, que siempre lo ha ayudado en sus quehaceres de guardar bienes y haciendas: 
Viendo la caseta se conoce el perro
Viendo la caseta se conoce al [dueño del] perro.
¿Y qué decir de este refrán asturiano, recogido por Castañón, y que nos recuerda la llegada de don Quijote y Sancho al Toboso?:
En viendo la casa, aciertaste con el tchugar.

Algunos amigos que han escrito sobre las antiguas cabañas 

Para saber más sobre cabañas en el campo:
LÁZARO, Aurora: «Las antiguas cabañas», El Soticiero. julio de 1999. pp. 7-9.
CALVO PÉREZ, R. y CALVO PÉREZ, J. J.: «Antiguas cabañas y palomares en Quintana del Pidio», Cuadernos del Salegar, 15, febrero de 1998. (http://mimosa.pntic.mec.es/~jcalvo10/Textos-CdS/15-cabanas%20y%20palomares.pdf)

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