lunes, 11 de agosto de 2025

Núm. 310. Memòria de vida

Sabido es que mis conocimientos de catalán no sirven ni para hablar conmigo misma en sueños plurilingües; sin embargo, me gusta leer en catalán. Bueno, para ser precisa, me gusta leer en catalán a algunos autores.

En este caso he leído con sumo placer Memòria de vida, de Joana Serra de Gayeta. 

Por haber comprado el libro a través de Internet, y no fijarme debidamente en lo que compraba, me adelantaré a decir que la portada que muestro a continuación es la de la edición de 2004, aunque si me he decidido ahora a leer esta novela, es porque tuve conocimiento de ella a través del anuncio de una segunda edición actual.

 

Portada del libro donde se ven los bustos de dos mujeres peinadas y vestidas a la antigua
En la portada del libro dos mujeres. La una sonríe levemente, la otra se muestra circunspecta,  son Mariana y Elisabet, o quizás al revés, las hijas del señor de can Talaia, las protagonistas de esta historia. 

Hay un tercer personaje femenino importantísimo en la historia, la tía Lideta, esa tía, segunda madre de toda familia, en este caso la primera, pues viudo su hermano, y viuda ella casi a la vez, dedica su vida al cuidado de las sobrinas. 

La vida de las hermanas discurre con cierta placidez, sin preocupaciones, hijas de buena familia, con buena posición económica, al cuidado de la tía y pasando sus días en honestas distracciones visitando a los tíos de la ciudad y disfrazándose inocentemente cuando llegan los carnavales. 

Las niñas crecen y se echan novio, pero casi al mismo tiempo empiezan las desgracias en aquella familia. El novio de Mariana muere en un trágico fuego en tierras lejanas, y Mariana jura que le será fiel toda la vida y permanecerá soltera; el padre, jugador empedernido, pierde la fuente de sus ingresos, can Talaia, en una apuesta. Todo parece desmoronarse en aquella casa tan bien gobernada por tía Lideta, pero esta se mantiene firme y consigue mantener la casa en pie. Elisabet se casa y emprenderá una vida un tanto convencional apoyada en su marido, un buen hombre, su hermana y su tía. El padre ha emprendido una nueva vida con una muchacha joven, que lo mantiene, sin embargo, no abandona el juego. No contemos más de esta historia que tiene sus altos y bajos, su evolución predecible y sus sorpresas. 

Buen retrato de los personajes femeninos. La tía, fácilmente reconocible y bien trazada;  Elisabet, la mujer serena, madura, fiel esposa y madre; Mariana, más moderna, menos convencional, capaz de conducir uno los primeros automóviles por los caminos polvorientos de la isla; las criadas... Esa criada mayor, Aina, que trata de ocupar con sus historias aquella larguísima noche en la que las mujeres de la casa avivan el fuego para velar en la distancia al novio perdido. 

La casa donde viven las hermanas se nos antoja espaciosa, señorial, como corresponde a un gran señor, llena de piezas de valor, que en algún momento hasta tendrán su papel en la historia, los jardines, las caballerizas, la cocina espaciosa, en la que la vieja cocinera prepara manjares únicos... Y la sala decorada con damasco rojo en las paredes, capaz de albergar, entre otros acontecimientos importantes, la soledad de las tres protagonistas aquella noche fatídica en la que se precipitaron los acontecimientos: «Mirà la tia i la seva germana i notà, dins la sala amb les parets de domàs vermell, una soletat de tres».

Novela mediterránea, novela que huele a Mediterráneo con sus pinos y olivos, en ella el mar no podía faltar. La familia, consolidada con el matrimonio de Elisabet y su marido, Rafel, se traslada a la orilla del mar a veranear. Allí en un pueblo de pescadores, el aire los tuesta la piel, con un cierto escándalo de la tía ante estas modas tan modernas, pero son felices...  

Ara en Rafel i n’Elisabet volen fer una casa devora la mar i m’hi volen fer anar en l’estiu. I, no saps el pitjor? Na Marianna es vol comprar un artefacte d’aquests horribles: un automòbil. I tan pocs com n’hi ha! I jo no sé de cap dona que en meni.

Juntos van haciendo frente a los vaivenes y desaires de la vida... La vida transcurre y transcurre, y llegan los hijos y hay pérdidas inevitables... Hay guerras... y llega otra vez la paz a la isla de Mallorca y a la familia. 

La historia continúa y la vida con ella.

 

Autor: Joana Serra de Gayeta

Título: Memòria de vida

Primera edición: El Gall Editor, 2004

Segunda edición: El Tall, 2025.

 

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