lunes, 6 de diciembre de 2021

Núm. 256. Me lo dijo un pajarito...

Hoy os comento un libro excepcional, un libro de esos que dejan huella, sobre todo por la hermosa historia que hay detrás, pero también por el hermoso resultado, un libro sencillo y lleno de contenido, que nos va a enseñar mucho sobre los pájaros.

Se trata de Aves en la Huerta del Obispo (Parque de Agustín Rodríguez Sahagún), cuyos autores principales son Antonio Ortiz Mateos y Clara Jiménez Ortiz, abuelo y nieta, de los que ahora hablaremos. En honor a la justicia, y antes de proseguir, el libro no sería el mismo sin la colaboración de Lola Gamoneda Landeta (portada), Marian Giménez Sánchez-Ferrer (prólogo) y Miguel Perales Torres (colaboración). 

Doble página dedicada a las cotorras

Tras su jubilación, Antonio se aficionó a los paseos por su barrio, Tetuán, por aquelo de andar y beber agua, tal como recomiendan los médicos; pero parece que no le parecía suficiente, así que se armó de una buena cámara fotográfica, y con ella empezó a observar los árboles, los pájaros...

Nada o muy poco sabía de ellos cuando empezó esta tarea, pero a fuerza de preguntar a unos y otros, servirse de Twitter para llegar al otro extremo de la ciudad, y contactar con quien sí sabía, fue acumulando conocimientos sobre ese trozo de naturaleza urbana madrileña, amenazada y axfisiada por la especulación, que es el parque Agustín Rodríguez Sahagún en el norte de Madrid.

Con frecuencia ese conocimiento y esos paseos los fue compartiendo con sus vecinos, y haciendo de guía en ese parque, que ya tan bien conoce, fue guiándonos a los que nada sabemos ni de pájaros ni de árboles, para terminar sabiendo un poco, aunque solo sea un poco, de esos dos elementos tan importantes en nuestras vidas.

La sorpresa vino cuando un día lo acompañó su nieta Clara, aficionada a la pintura, y que ni corta ni perezosa agarró láminas en blanco y lápices de colores y fue plasmando en el papel lo que su abuelo fotografiaba. Los expertos ornitológicos no salían de su asombro al ver cómo una niña pequeña era capaz de plasmar en cuatro trazos lo más característico de esa aves, lo que nos va a ayudar a reconocerlas a los que somos totalmente profanos en la materia. 

Y con esas sencillas imágenes, algunos recuerdos de nuestra propia infancia volvieron de nuevo a nosotros. 

¿Por qué llamamos siete colores o colorines a los jilgueros? Clara nos da la solución:

Dibujo del jilguero

¿Por qué sabemos reconocer al macho del gorrión? 

Dibujo del gorrión macho. Se ve la mancha negra en la garganta
¡Por la corbata! 

Eso decíamos cuando éramos pequeños, que los gorriones llevaban corbata, y las gorrionas eran más feas. Antonio lo deja muy claro en lenguaje perfectamente entendible:

El macho tiene un «babero» negro y plumas color chocolate, mientras que la hembra tiene colores más grises en general.

Hablando de las cotorras, que encabezan esta entrada, se nos dice que «elaboran grandes nidos de palos en forma de bola sobre los árboles». Lo que no se nos dice, pero sí nos aclaró Raúl, el ornitólogo, en uno de los paseos guiados, es que esos nidos están sirviendo de cobijo a otras especies.

Las cotorras están siendo perseguidas y cazadas en la Comunidad de Madrid; algunos desaprensivos cuelgan también jaulas con reclamo en el parque para atrapar jilgueros. 

Vuelvo al prólogo para terminar con un verso de Marian, que seguro que está encantada de prestarme:

Entonces el jilguero convocó en sus ramas toda la alegría de la Tierra.

Nota final: Puedes asistir a la presentación en diferido del libro en La Casa Vecinal en vídeo1 vídeo2, vídeo3vídeo4 y vídeo5.

María del Carmen Ugarte

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me acabas de recordar que fue mi padre el que me enseñó lo de la corbata de los gorriones.

Sor Austringiliana dijo...

Qué sería de nosotros sin los pájaros, por la alegría y mucho más. Un libro hecho con amor el de tu amigo. Que haya muchos niños como Clara. 😘

Ele Bergón dijo...

Pájaros y árboles, dos buenos amigos.
Clara y su abuelo también. Es una historia muy entrañable la que cuentas aquí. Como los pájaros, los arboles, los abuel@s y los niet@s..

Besos