Hasta entonces Pardilla había sido ese pueblo pequeño, casi de cuento —el último pueblo de la provincia— por el que pasaban el Navarro o la Continental, los coches de línea que nos llevaban a Madrid, o de vuelta al pueblo. También era, según recordaba mi madre, el pueblo del tío Marino, que casó con una hermana de mi abuela, y que por ser guardia civil hacía años que había dejado atrás, pueblo y hacienda.
A la escuela unitaria de Pardilla acudían entonces siete niños, y la escuela era coqueta, acogedora y desde fuera se veía alegre con aquellos florones pintados en sus ventanas.
También, días después al callejear por sus calles tomando fotos tuve la oportunidad de hablar algunos pardillanos que me pusieron al día de cómo estaba la situación ganadera y de aguas en el pueblo, y de descubrir también que el pueblo guardaba importantes casas de piedra muy bien conservadas y rincones para detenerse un rato.
He vuelto otras veces a Pardilla, entre ellas a conocer a Luz, pero ayer era un día especial, porque ayer presentaba ella, Luz, allí en su pueblo, su última novela: La fuente de los Pájaros, ambientada en la Pardilla de la segunda mitad del XIX.
Pedro Ojeda, Luz del Olmo y Begoña Benedicte |
Pardilla sigue siendo ese pueblo pequeño, pero que llena la plaza en los actos culturales, lleno de rincones con saber, de nombres curiosos para sus calles, de casas bien conservadas, donde cada dos pasos caes en la tentación de fotografiar alguno de sus detalles.
Pedro anima a que animemos a Luz a seguir con la historia de Eustasia, esa chica que en el siglo XIX quiso aprender a leer...
... otro personaje de la novela suele sentarse a meditar en el rollo; a lo mejor no es mal lugar para meditar el banco verde de Caja Círculo que todavía existe en un rincón de la plaza.
A Luz del Olmo deseándole todo el éxito del mundo con La fuente de los Pájaros
3 comentarios:
Me siento en el banco verde de la Caja y contemplo Pardilla, otra vez. El pueblo, la escuela y Luz del Olmo con su antepasada decimonónica de la mano. El espíritu de Eustasia se paseaba por los cerrillos. Afán de saber y gozar de la Naturaleza.
Un placer conocerte.
Un abrazo
Mi querida Carmen, muchas gracias por dedicarme esta entrada tan entrañable, sobre Pardilla y la presentación de mi nuevo libro. Me encantó volverte a ver y compartir la tarde noche de este lunes de Agosto, cuando "el adiós a la colorada", quiso por la plaza donde nos encontrábamos todos los reunidos allí. bre
Estoy con el móvil y no me he podido despedir. Besos
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