martes, 25 de agosto de 2015

Número 85. Vuelta a Pardilla

Fue en la primavera del 2007 cuando me detuve en Pardilla, sus niños y sus gentes
Portada del cuaderno Refranero CRA Valle del Riaza con fotos de las iglesias de los 5 pueblos que lo formaban
Hasta entonces Pardilla había sido ese pueblo pequeño, casi de cuento —el último pueblo de la provincia— por el que pasaban el Navarro o la Continental, los coches de línea que nos llevaban a Madrid, o de vuelta al pueblo. También era, según recordaba mi madre, el pueblo del tío Marino, que casó con una hermana de mi abuela, y que por ser guardia civil hacía años que había dejado atrás, pueblo y hacienda. 



 La experiencia de aquella jornada de junio con los niños del C. R. A., recordando refranes, fue realmente alentadora y desde luego reveladora de la labor que mi amiga María Jesús, a la sazón maestra en Pardilla, y sus compañeros hacían en aquellos pueblos de la Ribera.

A la escuela unitaria de Pardilla acudían entonces siete niños, y la escuela era coqueta, acogedora y desde fuera se veía alegre con aquellos florones pintados en sus ventanas. 

escuela y detalle de la ventana

También, días después al callejear por sus calles tomando fotos tuve la oportunidad de hablar algunos pardillanos que me pusieron al día de cómo estaba la situación ganadera y de aguas en el pueblo, y de descubrir también que el pueblo guardaba importantes casas de piedra muy bien conservadas y rincones para detenerse un rato.

casa vieja_pastor con perro y 2 corderos_casa de piedra_joven dando agua al burro en el pilón

He vuelto otras veces a Pardilla, entre ellas a conocer a Luz, pero ayer era un día especial, porque ayer presentaba ella, Luz, allí en su pueblo, su última novela: La fuente de los Pájaros, ambientada en la Pardilla de la segunda mitad del XIX.


Pedro Ojeda, Luz del Olmo y Begoña Benedicte

Pardilla sigue siendo ese pueblo pequeño, pero que llena la plaza en los actos culturales, lleno de rincones con saber, de nombres curiosos para sus calles, de casas bien conservadas, donde cada dos pasos caes en la tentación de fotografiar alguno de sus detalles. 


decoración de balcón y calle La Maringuela
Pedro anima a que animemos a Luz a seguir con la historia de Eustasia, esa chica que en el siglo XIX quiso aprender a leer... 

... otro personaje de la novela suele sentarse a meditar en el rollo; a lo mejor no es mal lugar para meditar el banco verde de Caja Círculo que todavía existe en un rincón de la plaza.




A Luz del Olmo deseándole todo el éxito del mundo con La fuente de los Pájaros

3 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Me siento en el banco verde de la Caja y contemplo Pardilla, otra vez. El pueblo, la escuela y Luz del Olmo con su antepasada decimonónica de la mano. El espíritu de Eustasia se paseaba por los cerrillos. Afán de saber y gozar de la Naturaleza.
Un placer conocerte.
Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Mi querida Carmen, muchas gracias por dedicarme esta entrada tan entrañable, sobre Pardilla y la presentación de mi nuevo libro. Me encantó volverte a ver y compartir la tarde noche de este lunes de Agosto, cuando "el adiós a la colorada", quiso por la plaza donde nos encontrábamos todos los reunidos allí. bre

Ele Bergón dijo...

Estoy con el móvil y no me he podido despedir. Besos