jueves, 13 de septiembre de 2012

Número 20: Come mucho, y cena calducho

Una consulta recibida a través de la Red sobre este refrán me hace ponerme las pilas y retomar las viejas costumbres, que ya va siendo hora.

Come mucho, y cena calducho parece la forma sintética de otro más largo, Almuerza poco, come mucho, cena calducho y engordarás mucho, siendo ambos recogidos por Rodríguez Marín (1941) en la última de sus recopilaciones. Hoy parece recordarse mejor la variante Almuerza poco, come mucho, cena calducho y vivirás mucho, más acorde con los tiempos, ya que la gordura ya no es ni sinónimo de hermosura ni de salud.

Rodríguez Marín en su primera recopilación (1926) nos había proporcionado una tercera forma Almuerza bien, come más, cena poco, y vivirás (pág. 24), en la que parece agregar un poco más de comida, sobre todo al principio de la jornada. Más adelante, en la misma recopilación (pág. 76), podemos encontrar una serie de consejos relativos sobre todo a la cena:

Come para ti y cena para tu mujer
Come poco y cena poco, y dormirás como loco
Come poco y cena temprano, si quieres llegar a anciano.
El primero de ellos no es que propugne exactamente cenar poco, sino lo contrario, ya que incluye un curioso comentario que Rodríguez Marín pone en boca anómima:
 Comenta un anónimo: "Quien ha de cumplir con las obligaciones del matrimonio necesidad tiene de comer y beber más que el que quiere vivir continente; que este puede cercenar de todo".
El ser frugal en la cena, para gozar de buena salud, es consejo antiguo, como bien le aconseja don Quijote a Sancho en un pasaje de sobra conocido, pero que conviene recordar: "Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago" (Quijote, II, XLIII). El refranero no le ha ido a la zaga y así tenemos toda una serie de refranes:
De grandes cenas, están las sepulturas
Más mató la cena que sanó Avicena
Cenas, soles y Magdalenas tienen las sepulturas llenas
...
Volvamos al refrán original, pues vistas sus variantes podremos argumentar que se trata de una forma acortada de las demás, que resume perfectamente el sentido del refrán y además se adapta perfectamente a las características que suelen tener estas fórmulas sapienciales: brevedad, dos miembros contrapuestos, rima... Aunque por otro lado, y dado que no hay registros anteriores a Rodríguez Marín, y que ambas formas fueron recogidas por el mismo autor en su postrera recopilación, acogiéndonos a la fórmula cervantina, podremos también decir que la forma corta es la genuina, pudiendo ser las otras añadidos, ya que en pocas palabras se resume la enseñanza.

Unas palabras más para hablar del término calducho, que según la Academia es sinónimo de caldibaldo y este 'caldo de poca sustancia o mal sazonado'. Sin embargo, en buena parte de Castilla calducho remite a un caldo muy especial y sin duda suculento, el caldo en el que se han cocido las morcillas y en el que estas han dejado mucho de sus sustancia, de las grasa, de las especias, del aroma de la cebolla, y hasta abundancia de granos de arroz si al cocerse se han reventado más de la cuenta.

El calducho es el primer plato de las cenas de matanzas, y se comparte con los vecinos y amigos, acompañando al plato: un poco de hígado, alguna morcilla, y alguna tajada más de las primeras suculencias del cerdo, que las familias comparten con sus amigos.


Bibliografía:


Rodríguez Marín, Francisco (1926 = 2007): Más de 21.000 refranes castellanos. Madrid, Atlas Ediciones.
— (1941): Todavía 10.700 refranes más. Madrid: Imprenta Prensa Española.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Número 19: Viejos lemas para una tarde de otoño (15-O)

Burgos se despereza de la siesta. El calor, inusual en esta época del año y más en Burgos, hace que los grupos de visitantes se desplacen sin prisa hacia los autobuses, que paseen otra vez por sus calles, y que propios y ajenos disfruten de las terrazas. 
En la plaza Mayor se ve poca gente, y algo de inquietud se nota:  «A ver si vamos a ser pocos». Una voz por megafonía recuerda que faltan pocos minutos para comenzar, sobre el suelo de la plaza una pancarta, que parece abandonada, espera su turno: 
a
De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste

De norte a sur, de este a oeste, 
la lucha sigue
cueste lo que cueste 
 ¡La llamada es a nivel mundial! Desde Australia y Japón ya han llegado de mañana algunas noticias...  y aquí, en Burgos, en la vieja ciudad castellana, una voz segura confirma lo sabido: Burgos también está por el  #cambioglobal. 
Son las seis de la tarde y la gente empieza a llegar, dos pancartas abren la marcha:

Indignación, reflexión, acción
15-O Revolución
... y salimos al Espolón en orden, como si fuéramos a dar un paseo más de fin de semana, solo que esta vez, además de pasearnos gritamos, damos palmas, coreamos, en definitiva, 
¡Nos manifestamos!
Los reclamos de una entidad bancaria, de sobra conocida, nos saludan a los pocos metros, pero no lo dudamos y les devolvemos el saludo:
Ahí está, la cueva Alí Babá
 
Alí Babá y sus cuarenta ladrones, que como recuerda alguna otra leyenda, ¡ojalá tuviéramos solo cuarenta! 
El ambiente es festivo, el nivel de adrenalina empieza a subir, ya no se ve el final de la manifestación cuando llegamos al Arco de Santa María, todo el Espolón es un río de gente, y se alzan las manos y nos damos la vuelta porque 
 
Con este sistema, vamos de culo
 
y así marchamos un rato, y llegamos frente a la catedral: 
 
¡Todos al suelo! ¡Esto es un atraco! 
 
porque atraco es cobrar 600 euros y que todavía te sobre mucho mes al final del sueldo. 
 
Manifestantes sentados frente a la puerta del Sarmental
 «¿Qué son esos gritos?», se pregunta uno de los presbíteros en la soledad de su despacho catedralicio, y sale a la terraza a ver qué ocurre. Se sorprende, o quizá no tanto, y un compañero se le une:
 
¡No nos mires, unete!
¡No nos mires, unete!  
 
 Ni todos son jóvenes, ni todos despeina rastas, se ven canas, grupos de amigas que han cambiado la merienda en El Espolón por un paseito con pancarta por el casco viejo. Las tiendas de la calle de la Paloma y de Laín Calvo están todas abiertas, lucen sus novedades otoñales, escaparates que son un reclamo para los ojos y los bolsillos, pero todo Burgos parece estar fuera, en la calle, gritando a los cuatro vientos que 
 
La calle de Burgos, no Burgos de Lacalle 
 
 No sabemos dónde estará el alcalde, si mirando lo que pasa tras cualquier ventana o informándose a través de las fuerzas del orden de si la mani se desarrolla sin altercados. La policía, todo hay que decirlo, cumple con su deber: abre paso, regula el tráfico y vigila que todo vaya en orden: 
 
¡Manos arriba, esto es un atraco! 
 
Un atraco no, señores, no se equivoquen:
 
¡Manos arriba, esto es un contrato! 
 
 La policía, decíamos, mira y pone orden, pero una pancarta insignificante nos recuerda una preocupante ecuación:
 
un madero =  mil lapiceros
 
Debajo del arco de San Juan, ahí donde los peregrinos saben que están entrando en el Burgos más legendario, los gritos de los manifestantes parece que quieren incrustrarse en sus piedras para toda la eternidad:
No hay pan para tanto chorizo 
 
Manifestantes pasan por el arco de San Juan
 
En paralelo al río Vena, el nivel de las peticiones sube y se vuelve a lo clásico:
 
¡Botín, cabrón, trabaja de peón!  
 
y porque por pedir que no quede:
 
Queremos un pisito, como el del principito
 
pero más allá de veleidades festivas,  la realidad se impone:
 
Ellos comen canapés, yo no llego a fin de mes
 
Los parroquianos tardíos de uno de los restaurantes salen a la puerta, y hay quien levanta su copa por el éxito, por el cambio, pero los manifestantes son implacables:
 
A ti que estás mirando, también te están robando
 
Gente de orden, burgaleses que esta tarde han dejado sus ocios habituales para unirse a la demanda de un cambio global llenan la calle Vitoria, calle de desfiles, de militares y de festivas peñas por los Sampedros, hoy toca otro tipo de desfile. 
 
No se ven ni curas ni militares en la manifestación, pero sí gentes de mediana edad y más, gente que se apoya en un bastón y gente que acude en silla de ruedas... madres con sus hijos, niños a hombros de sus padres... Ellos son el futuro, pero el futuro empieza en el presente y está en nuestras manos.
 
El pueblo unido, jamás será vencido 
 
y somos pueblo... y 
 
Esta democracia es una falacia

El pueblo unido funciona sin partidos
 
También hay curiosos, pero yo diría que menos, que por supuesto son más los que están en la carretera que en la acera (Los de la acera, a la carretera), porque quien más y quien menos mira de reojo a las entidades bancarias que nos rodean: 
 
Esos de ahí enfrente, roban a la gente
 
La manifestación entra en su tramo final. El Cid quiere bajarse del caballo y unirse a sus paisanos, su naturaleza —es de bronce— se lo impide, pero él sabe que ellos saben que también quiere estar allí, y por eso se deja abrazar y que le hagan compañía un buen rato.
 
La manifestación rodea la estatua del Cid
Sigue el ambiente festivo y hay quien se deja llevar por el aire de Guantanamera:
 
Estamos hasta los huevos, estamos hasta los huevos... 
... hasta las tetas, estamos hasta las tetas. 
 
La plaza Mayor nos acoge de nuevo, se hacen recuentos, se aplaude y la gente reemprende la vida normal de un sábado por la tarde...
Manifestantes en la calle Vitoria
 
Sin duda, una tarde diferente